Palabra de Guillermo

Tirando de tópicos facilones, podríamos hablar de la magistral apuesta que el PSOE de Extremadura hizo con el cambio de Guillermo Fernández Vara tras la renuncia de Ibarra. Podríamos hablar de la primera campaña electoral, y de momento la única, de Guillermo como candidato y cómo repetía hasta la saciedad su discurso bien aprendido. Una palabra sencilla, directa y cercana que se une a su manera de ser afable y campechana. Todo ello, no podía ser de otra manera, le dio una mayoría aplastante. En una porra que hicimos camino de San Vicente de Alcántara, que creo que todavía conservo, y en la que incluso participó el mismo Guillermo, acerté con el número de diputados que el PSOE iba a sacar. Fue la campaña de que había que ganar población, la de la legislatura del empleo, la de que para vencer había que convencer, la de las cinco generaciones de extremeños… Me acuerdo que quienes acudíamos a muchos actos con él (Moraleja, Jaraíz, Villafranca, Valencia de Alcántara, Miajadas…) terminábamos con la cantinela de lo que repetía. Evidentemente no por el hecho de repetirlo, sino por además cómo había sabido renovar el discurso socialista y porque se trataba y se trata de verdades como puños.

En algunos puntos toca ahora modular aquellas propuestas. Lamentablemente el orden internacional y la dictadura financiera del momento impiden, es de lógica reconocerlo y de injusticia tremenda exigirlo, el cumplimiento punto por punto de programa electoral de cualquier sitio. Quien no lo reconozca se arriesgada demasiado para con sus electores. Las circunstancias mandan. Por eso no seguiré por ahí.

Porque más que esa palabra dada por quien ahora es el presidente de todos los extremeños y desde hace unos meses secretario general de los socialistas, me quiero referir a otras. Con motivo de la presentación del libro “Rompiendo Cristales”, nuestro anterior presidente, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, defendió la necesidad de que las autonomías de nuestro país homogeneizaran la gestión de sus competencias exclusivas. Es un despropósito, defendía entonces, que existan diecisiete licencias de pesca diferentes, el mismo número de formas de enterrarse o de gestionar el carnet bibliotecario. Es una verdad de perogrullo, una incongruencia de nuestro estado de las autonomías donde descentralizamos sin coordinarnos cuestiones elementales. Pues bien, la curiosidad de estas palabras de Ibarra es que provienen y son fruto de precedentes y continuas reflexiones de Guillermo Fernández Vara. El maestro, el padre político, asumiendo las tesis de quien ahora está al frente de la Junta de Extremadura. Poco tardó en anunciar que tras el verano de 2009 se estará en condiciones de liderar, desde nuestra región, un foro de presidentes autonómicos para hablar de estas cuestiones. Palabra, pues, de Guillermo.

Hoy ha celebrado el Partido Socialista un Comité Federal. Es el máximo órgano que tiene el PSOE entre congresos (el último de ellos, por cierto, presidido por el propio Guillermo) En este Guillermo ha hablado y ha propuesta algo nada desdeñable: la necesidad de que Zapatero lidere la izquierda europea, con lo que conlleva eso de integración en el momento actual de un discurso ideológico renovado; con la carga que tiene, por otra parte, con la llegada a la Casa Blanca de Obama; con la vista puesta en la Presidencia Europea de España en 2010; con la situación del Partido Socialista Francés; con la refundación de facto de la izquierda italiana o con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina. De nuevo palabra de Guillermo.

No ha dado puntada sin hilo ni en estos ni en otros temas. Como tampoco la dio, posiblemente, hace unas semanas Ibarra al sugerir lo que sugirió de Guillermo sobre la posibilidad de que sea un hipotético recambio de Zapatero. Pero eso es otro tema, y a Ibarra, en muchas ocasiones hay que leerle entre líneas o esperar a que siga enhebrando la aguja. Bien agusto, asentado y necesario es hoy Guillermo en Extremadura.