sábado, 22 de enero de 2011

Jornada continua, educación social y actividades formativas complementarias

En 2000, cuando Luis Millán era consejero de educación y nuestra región acababa de asumir las competencias en tan importante materia, la Junta de Extremadura abría el debate sobre la idoneidad o no de que los centros educativos de la región implantaran la jornada continua. Me pilló entonces cursando tercero de educación social, siendo delegado de la especialidad, y como representante de la tercera promoción publiqué una tribuna en el Diario Hoy en la que apoyaba la iniciativa siempre y cuando fuera una propuesta que la comunidad educativa en su conjunto cimentara en la mejora del sistema y en el desarrollo integral de los alumnos y que para ello no se obviara la existencia de una titulación entonces en pañales como la Educación Social.

Años después, los educadores sociales fuimos pieza importante en los institutos, con mejoras que siempre deben hacerse en una educación en permanente construcción, y en una iniciativa pionera en España, se convocaron plazas, de las que todavía quedan algunas por cubrir, para que hubiera un educador social por centro. Esta iniciativa no está directamente relacionada con las actividades formativas complementarias, las AFC, que se implementaron con esa denominación, pero no me cabe ninguna duda de que en los centros donde el profesorado y el educador o educadora social trabajan conjuntamente dinamizando el centro y sirviendo de apoyo, se produce una mejora en determinadas actividades.

En paralelo a esto, se produce la regulación de las actividades formativas complementarias. Diez años después de asumir las competencias, la Junta de Extremadura inicia un período de reforma de las mismas, en un momento donde pudiera interpretarse que hay una vinculación directa con la crisis. Es obvio que tendrá su punto de influencia, pero no es menos obvio que más allá de las personas que trabajan en las actividades formativas complementarias, en toda su diversidad, hay un proceso formativo y unas acciones educativas no formales en un espacio como el centro que hay que ordenar y reordenar. Y me parece bien que se produzca eso. Entiendo que exista una preocupación en estos tiempos difíciles, y estoy seguro que se intentarán minimizar los efectos en la medida de las posibilidades. Pero por encima de todo está la educación y el desarrollo en el entorno de los alumnos y las alumnas.

Avanzaremos más centrando la atención en aquello que realmente funciona. Y el avance será aún mayor si ello deriva en que entidades sociales, juveniles o culturales, vinculadas al territorio de los centros educativos, asumen el desarrollo integral de esos chicos y chicas, en las aulas, en el espacio formal y pero con una clara acción educativa no formal. Esta descentralización formativa podría suponer un incremento del compromiso social de nuestros alumnos. En eso no andamos sobrados. Quién sabe si con esta ordenación de las actividades volvemos a poner de moda el compromiso asociativo.

jueves, 20 de enero de 2011

Los bosques de la mirada, de Basilio Sánchez

Esta semana ha presentado Basilio su poesía reunida. Se titula como se llama este post. No soy un lector de poesía constante, pero como lector y como extremeño sé que Basilio es un poeta de referencia y que pocos poetas pueden presumir, por ejemplo, de tener un accésit del Adonáis.

El acto, iniciado por Miguel Ángel Lama, presentó un salón lleno, donde amigos y literatura confluían y se hacían presentes. Donde quienes no estuvieron porque no podían estar, caso de Pacífico se hicieron notar por el público y por la excelente presentación de Álvaro Valverde.

Llevaba casi una legislatura sin ver a Álvaro. Curioso que a veces el tiempo lo midamos por legislaturas. Pero sigue siendo una persona muy cabal y una mente privilegiada en la cultura regional. Fue un baluarte en la Editora Regional y le tocó, quizás, el momento más difícil, el de sustituir a Fernando Pérez cuando falleció. Estoy seguro de que sus alumnos están encantados.

Fue un acto sencillo, donde Basilio reunió a muchos amigos en torno a su poesía reunida. Buena tarde de martes.

miércoles, 12 de enero de 2011

El PP se plagia a sí mismo

Lo del PP en esta época es sencillamente molesto. Se repiten más que el ajo y organizan cada cuatro años las mismas cosas, copiando a otros y copiándose a sí mismos, aunque cambiándose el color.

Pondré cuatro enlaces

1. Me enlazo a mí mismo

2. Enlazo un post que acaba de escribir Edu Plaza

3. Revolución naranja. Mayo 2007

4. Marea Azul. Enero 2011

viernes, 7 de enero de 2011

Maus



Quienes me conocen saben que no es casual que mi primera entrada del año se la dedique a un libro. Entre otras cosas porque hace tiempo que no lo hacía, porque vivo rodeado de libros y porque no dejo de leer, aunque ahora sea literatura medieval. Pillé hace unas semanas de mi biblioteca un libro que me atrajo hace tiempo. Por el tema, por el fondo y por la forma. Por el continente y por el contenido.

Pese a que el título ya lo he desvelado en la entrada, y la portada ilustra el encabezado del post, quiero ir dando pistas, a modo de piezas de un puzzle, para que al final cada uno se componga su propia idea.

La primera es que es un cómic. Casi de trescientas páginas. Unos dibujos diferentes. No aparecen Filemón ni Zipi y Zape, para mis coetáneos; tampoco el Capitán Trueno o Roberto Alcázar y Pedrín, ni nadie del TBO, ahora que se reedita; ni siquiera Songoku o Japón impregnan ni una sola página, por aquello de que el manga es una potencia en el cómic. Ni un solo color aparte del blanco y negro.

La segunda es que es un cómic que ha ganado un Pullitzer. Es una de las principales distinciones en lo que a premios culturales a nivel mundial se refiere.

La tercera es que es biográfico, y en algunas partes autobiográfico, lo que hace que sea todavía más difícil ir armando las piezas.

La cuarta es que tiene una temática social y un mensaje. No hay disfraces absurdos a lo Mortadelo, ni perentorias hambrunas como la de Carpanta, ni perros como Idefix o Milú. Lo anterior es parte fundamental de la historia del cómic, pero este, que lo ha dibujado Art Spiegelman, tiene una fina ironía pero sobre todo una profunda rabia interior. Es un libro que habla en primera persona del nazismo. De la miseria humana, del odio, de las terribles dudas de saber si al día siguiente uno podía levantarse y seguir vivo...

La quinta es que es original, muy original. Quizás por lo anterior, por la vergüenza de lo humano en un cómic, tan inocente a priori, tan asociado con la risa, con los personajes irreales... los personajes de Maus, que así se llama el libro, son ratones. Ratón en una ratonera metido, quizás porque recuerde a la ratonera de las cámaras de gas.

Lo leí, y lo vi, y me gustó, y no poco. Aunque pienso que jamás debía haberlo leído. Sobre todo porque libros como este es una pena que se hayan tenido que llegar a escribir