jueves, 29 de abril de 2010

La antisociedad

Espacio mis posts últimamente mucho. No viene a cuento, pero durará un tiempo. Lo que tienen las redes sociales entre otras cosas. Mientras, contemplo pasar las noticias. Pero ante algunas no puedo evitar escribir.

Agrupo varias. Estamos en la anti sociedad. Hace años recuerdo cómo escuchábamos la cantinela de la crisis de valores. Un cambio en la forma de entender la sociedad, ni más ni menos. Una adaptación.

Ahora quiero hablar de la anti sociedad. Una sociedad que se jacta de ser madura cuando está en una bucle peligrosa. Una sociedad que prima que venza el antifútbol del Inter a cambio de ver perder al Barcelona. Una sociedad donde se exalta a la Esteban o a otros iconos que ahora hacen pop y que relega a audiencias irrisorias en la televisión a programas de verdadera calidad. Una sociedad donde se premia la política farragosa y donde se castigan los esfuerzos por poner en valor la política. Una sociedad que mira para otro lado cuando hay corrupción política porque no bota a los responsables de sus asientos cuando les toca votar. Una sociedad que no se posiciona de forma clara frente a las injusticias. Una sociedad donde lo voluntario pierde precio y donde todo tiene cada vez más precio.

Esa es nuestra sociedad, la que nos toca vivir y la que tenemos que combatir. Leía en días pasados un reportaje sobre el llamado Club Bilderberg. Se les nominaba como los que movían los designios del mundo.

Permiso para discrepar, como diría Mafalda. No estamos en manos de aquellos tan supuestamente poderosos y que se reúnen sin decir para qué. Estamos en manos de otro. De los Berlusconis de turno, de los Correas, de los Vasile, de la impunidad y de los Sálvame y de Mourinho.

Tenemos un duro trabajo. Tenemos que quitarle al pueblo el pan y circo. Porque esto cada vez se parece más el mundo romano. Y ya lo decía Obélix... estos romanos están locos

martes, 13 de abril de 2010

Cáceres, El Bus... y Belén Esteban

Uno de los primeros realities de la televisión privada fue El Bus. Las galas, itinerantes, se desarrollaban en aquellos lugares que cedían los ayuntamientos. La televisión basura campaba a sus anchas por este país, ávida entonces -y más cansada ahora- de empezar a ver aquellos programas donde sus concursantes se exponían a una vida en directo. Una de las galas quiso hacerse en Cáceres. El Ayuntamiento, carente de espacios escénicos propios, no pudo atender a la petición de Antena 3 y el Bus se fue de nuestra ciudad. Era el año 2000. La intrahistoria fue que la Junta de Extremadura se negó a que el Auditorio de Cáceres se prestara a una gala para ese tipo de programas televisivos. Entonces la decisión no fue más discutida. No quiso hacerse más polémica y aquello cayó en el baúl de las anécdotas, no pocas, de las que protagonizó el anterior alcalde de la ciudad.

Diez años después, el Festival Pop Art ha elegido a Belén Esteban como icono. No creo que sea el más apropiado. Si quiere evitarse la política muchos iconos hay en el deporte, en la televisión y en la sociedad en general como para elegir a Belén Esteban. Deberíamos aprender de nuestros errores y conocer el amarillismo en el que todo esto se mueve. No creo que haya que lograr minutos de televisión a cualquier precio.

Por lo demás, todos mis respetos, todas mis consideraciones y todos mis ánimos para Festival Pop Art

miércoles, 7 de abril de 2010

Yo estoy con Miguel López, concejal de obras de Cáceres


El Partido Popular cree que hace bien en pedir la dimisión de Miguel López. Precisamente en unos días donde parece que a nivel nacional han dicho eso de prietas las filas y nadie se mueve de su silla, aunque escándalos hay para ello y para más. Sería absurdo por mi parte que una estéril polémica local derivara en comparar la petición de dimisión en Cáceres con Gürtel. No lo voy a hacer. Porque materia hay para contrarrestar la hipocresía del PP con argumentos y con nombres y apellidos.

Para encuadrar la situación, acudamos a la aplicación de la decisión de eliminar un escudo franquista, en virtud de la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica. Parece que existen argumentos que indican que el escudo puede terminar siendo restituido, en una situación tan surrealista como nuestra ciudad, donde el PP defiende que se eliminen otros escudos franquistas, pero ese no. Por no ser franquista, claro. No entraré en el fondo del asunto. Parece que el asunto ha sido puesto en manos del Ministerio de Cultura, cuya opinión técnica será definitiva para restituir o no el escudo. Sí que quiero hacer un apunte. La intencionalidad con la que se colocan determinados símbolos es mayor que el significado que placas o escudos representan con el tiempo. Me explico con otro ejemplo para volver al anterior. La Cruz de los Caídos de Cáceres fue colocada en un momento y con la intención de rendir memoria a los caídos del bando nacional. Por mucho que existan placas colocadas posteriormente, la intención fue la de erigir la Cruz de los Caídos para rendir homenaje a los vencidos del bando ganador. Pues bien, independientemente del dictamen final del escudo de marras, habría que hacer pedagogía histórica sobre cuál fue la intencionalidad con la que en su momento se colocó el obelisco de la Plaza de Colón de Cáceres.

Explicado el contexto, hoy el Partido Popular ha pedido la dimisión de Miguel López. Lo hace por una decisión sobre la que aún no hay decisión definitiva y sobre la que pese a esto último el concejal ya ha pedido disculpas. Lo hace porque sabe que Miguel López es una persona honesta, un demócrata convencido que militaba activamente en política antes, incluso, de que contáramos con el escudo que actualmente contamos en España.

Pero lo hace sobre todo porque Miguel López está demostrando una solvencia fuera de dudas en la gestión de su concejalía y eso al PP le duele. Sabe que es un área central del gobierno y un espacio que el ciudadano agradece la toma de decisiones y la capacidad resolutiva del concejal de turno.

Por eso la dimisión la ha pedido directamente la portavoz del Partido Popular. Porque sabe que sería de chiste que lo hiciera el alter ego de Miguel López en el grupo municipal popular. Sería de chiste que el concejal Rumbo pida la dimisión de nadie, porque él mismo tuvo que irse cuando fue condenado judicialmente en la anterior legislatura por asuntos de asociaciones vecinales. Pero no se fue. Por eso lo de hoy del PP no se sostiene. Por eso estoy con Miguel López

martes, 6 de abril de 2010

Joven y bien orgulloso de serlo: carta al director de El Mundo


Jamás pensé que iba a escribirle una carta al director de El Mundo. No albergo muchas esperanzas de que la publiquen, la verdad, pero he sentido indignación y repugnancia cuando he leído, en la página 33 de hoy, en la sección de Economía, el artículo de Salvador Sostres, un personaje, con antecedentes polémicos y que entre otros artículos suyos data uno de 2005 titulado "Hablar español es de pobres"

El artículo en cuestión, del que no puede encontrarse en Internet más que un extracto, se titula "Los peores jóvenes desde el franquismo", y es una demoledora crítica a la juventud actual.

Reproduzco unas pocas palabras, el final del artículo: "Esta vagancia impresentable, este vivir de la caridad, estas manifestaciones que no impresionan a nadie pero dan una impresión muy pobre de ellos mismos. Son, sin duda, la peor generación desde el franquismo. Espero que se den cuenta de los burros que han llegado a ser antes de educar a sus hijos"

Me da pena que se dé cabida este tipo de artículos. Y más en medios donde precisamente los jóvenes no somos lectores habituales y donde, por tanto, menor capacidad de defensa tenemos. Reproduzco a continuación la carta que he enviado

Joven y bien orgulloso de serlo

Salvador Sostres es un personaje difícilmente calificable. Algunos dicen que los árbitros suelen ser deportistas frustrados. No comparto esa generalización. Pero el último artículo sobre la juventud corona a Salvador Sostres como un joven frustrado. Porque alguien que titula un artículo como “los peores jóvenes desde el franquismo” y que insulta a la juventud actual como lo hace no puede ser otra cosa. Quizás tenga en su cabecero aquella frase de George Bernard Shaw de que la juventud es una enfermedad que solo se cura con los años. A él se le ha curado hace poco, por cierto, porque apenas cuenta con treinta y cinco.

Por cierto, habría que preguntarle a los que fueron jóvenes en el franquismo por qué pagaron el pato de acceder a un sistema educativo diseñado para un país sumido en una dictadura; por qué muchos se vieron obligados a dejar los estudios porque no había más que perras gordas para la comida o por qué no pocos tuvieron que coger la maleta y emigrar.

Hoy, las ayudas a los jóvenes, en un estado democrático del bienestar, no se sustentan en la caridad ni en el paternalismo. Invertir en la juventud es invertir en el futuro. Por tanto, es garantizar una mejor sociedad para el mañana. Aprenda de todos esos jóvenes comprometidos, señor Sostres, que son la mayoría, para ver si cambia su percepción. No nos insulte, por favor.

lunes, 5 de abril de 2010

Las competidoras de Cáceres 2016

Parece que a una aspirante a ciudad europea de la cultura se le amontonan los problemas. Es lo que tiene un proyecto donde lo que prima es la proyección exterior pero donde es importante no dejar de lado la materia prima del territorio. Santander parece que anda descuidando lo suyo, y eso no se está perdonando por allí.

En Málaga, mientras, andan de cabeza con las zonas verdes. Frente a la proporción de Cáceres, muy por encima de la media, los andaluces no lo llevan bien. Hoy día una política cultural integral debe contemplar, también, el entorno natural. El concepto de paisaje cultural va ganando enteros.

Las ciudades andaluzas saben que tienen un problema. Compiten entre ellas antes que las demás. Por eso Málaga, dubitativa hasta para los suyos, ficha a golpe de talonario a un comisario y de paso critica a Córdoba.

En esta última ciudad la última polémica ha girado en torno a la Semana Santa, donde unos y otros intentan ponerse una medalla.

Esas son, a mi juicio, junto con Cáceres, las ciudades mejor situadas. En todos lados cuecen habas, pero el consenso del que presumimos en Extremadura es fuerte. Y los acuerdos que estamos alcanzando son sólidos. Rumbo al 2016