viernes, 16 de diciembre de 2016

Restos arqueológicos en la Ribera del Marco

Llevo dos días preocupado desde que me enteré de la destrucción indolente de unos restos arqueológicos, presumiblemente romanos. El informe final, y la excavación requerida por parte de la Junta de Extremadura, en coherente aplicación de la Ley 2/1999 de Patrimonio Cultural de Extremadura, y en consecuente desarrollo de nuestro planeamiento urbanístico y patrimonial, seguramente arroje más luz sobre el asunto. Y también, probablemente, de ahí mi preocupación, aportará sombras ya irrecuperables a nuestra historia.

Lejos de señalar con el dedo a culpables concretos, que haberlos haylos, habría que intentar organizar la ceremonia coral y compartida de responsabilidades. Porque si bien en esta ocasión ha trascendido la aparición de estos restos, en una zona de especial sensibilidad arqueológica, ¿en cuántas ocasiones anteriores se ha podido sortear su aparición, ocultándolos, o incluso, en la inercia constructiva e ignorantona ni siquiera se ha podido evidenciar su existencia porque se han destruido sin más?

Somos una ciudad que vive de su patrimonio, pero no solo del de la ciudad monumental. Y somos una ciudad que necesita construir todavía su relato histórico más allá del hito conmemorativo de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Existen elementos patrimoniales de primer orden que están en espacios periféricos que no son tratados como se merecen. Seguimos considerando que nos basta y sobra con una ciudad monumental que, rodajes mediante, afortunadamente hay quien empieza a dejar de ver como un escenario de cartón piedra.

No bastan esfuerzos institucionales puntuales ni tampoco aplicar la legislación cuando no queda más remedio. Son necesarios otros elementos intangibles, actitudinales, valores más allá de una cuenta de resultados empresarial o de ordenanzas y disposiciones legales, que obviamente hay que cumplir, conocer y respetar.

Tenemos que cambiar nuestra percepción de la ciudad y construir su relato histórico más fidedigno posible. Hay que asumir que el deterioro es sonrojante pero que puede quedar margen para la ilusión. El que debe proporcionarnos, por una parte, la educación y la pedagogía, y por otra la necesidad esencial de que determinadas zonas de la ciudad, léase Ribera del Marco, Cueva de Maltravieso, Poblado Minero, Cáceres el Viejo o El Conejar, no pueden seguir de espaldas a nuestro conocimiento y aprecio. Solo así, cuando vuelvan a aparecer unos restos arqueológicos, muchos no aludirán a la incomodidad y a la indiferencia que ahora parece que sucede.

jueves, 13 de octubre de 2016

Si yo fuera del Comité Federal...

Si yo fuera miembro del Comité Federal no me dejaría llevar por las opiniones de dirigentes o militantes y procuraría sacar mi propia opinión.

Si yo fuera miembro del Comité Federal sería de la opinión que la suma de los voto mayoritarios acarreará un veredicto, sea cual sea, de muy imprevisibles consecuencias.

Si yo fuera miembro del Comité Federal tendría que dejar mis mochilas en casa, si las tuviera, y saber que después de la decisión que tome quizás no tenga mochila, o tenga otra.

Si yo fuera miembro del Comité Federal procuraría el voto secreto en caso de que sea preciso

Si yo fuera miembro del Comité Federal pediría que empezaran a ejercer el turno de palabra aquellos compañeros, que haberlos haylos, que no se han manifiestado aún públicamente y que por tanto es probable que no sean tan previsibles como el resto.

Si yo fuera miembro del Comité Federal pensaría que están cuestionando la capacidad de decisión de un órgano tan importante como este (que si hay que cuestionarla, para eso están los Congresos)


Si yo fuera miembro del Comité Federal pediría el mayor de los respetos a mis compañeros y compañeras y el mayor de los acuerdos sobre la decisión que se adopte

Si yo fuera miembro del Comité Federal pensaría en las consecuencias a corto, medio y largo plazo de mis decisiones, tanto interna como externamente

Si yo fuera miembro del Comité Federal pondría condiciones tanto a la abstención como al no

Si yo fuera miembro del Comité Federal entendería la abstención como el reconocimiento perverso a que el sistema democrático que construyó el PSOE entre otros partidos ha servido para devorar al propio PSOE y que solo él mismo puede desbloquear la situación

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría una posible abstención a que el sistema electoral se modificara ipso facto y se equiparara, al menos, a lo que el Parlamento Vasco determina para la segunda votación de investidura

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría una posible abstención a que los diputados que la votaran fueran los mínimos posibles y que acto seguido dimitieran y dejaran sus cargos orgánicos, si los tuvieran

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría una posible abstención a que el Congreso de los Diputados ejerciera una labor propositiva, de regeneración democrática y orientada a restituir derechos y que sea conocida y evaluada por la militancia trimestralmente

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría una posible abstención a que impidiéramos que los recortes que tienen que volver como sombra de decisiones gubernamentales alcancen a derechos básicos y afecten a quienes menos tienen

Si yo fuera miembro del Comité Federal entendería el no como la forma razonable de impedir que el Partido Popular, responsable de los recortes más duros a los derechos en nuestra democracia, y que hoy está encausado por múltiples delitos, alcance el gobierno

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría el no que el sistema electoral se modificara ipso facto y se equiparara, al menos, a lo que el Parlamento Vasco determina para la segunda votación de investidura

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría el no a la elaboración de unas listas electorales donde incorporemos a las mejores cabezas de este país, a las mentes más brillantes que quieran participar de nuestro proyecto de regeneración y de cambio

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría el no al compromiso de todos los cargos orgánico e institucionales de este partido a trabajar porque el Partido Popular no gane ni un solo voto más en unas terceras elecciones

Si yo fuera miembro del Comité Federal condicionaría el no a que las posibles sanciones europeas que se achaquen a la falta del gobierno afecten únicamente al gobierno central y no a las comunidades autónomas


Autobús urbano de Cáceres (y van...)

Parece que hay cambios en el autobús urbano que afrontan sus días definitivos para su aprobación. Se suceden informaciones periodísticas, motu proprio o a instancias de parte, que pretenden, es lícito, generar una opinión ciudadana, sea la que sea. Dicho esto, por si se quisiera utilizar para ilustrar informaciones o argumentarios, quiero recordar que el verdadero debate en este tema se dio en la anterior legislatura. Decir debate es llamarlo de alguna manera eufemística, puesto que nos topamos entonces con la mayoría absoluta del PP arrogante y moralmente superior (ahora también pero con cinco concejales menos) que nos llevó a tenernos que comer con patatas, por aquello de la capital gastronómica que vendría a vernos posteriormente, un pliego continuista, conformista y muy poco valiente. Un pliego posiblemente realizado en un despacho de un técnico, sin ideología, con la presunta aquiescencia a buen seguro de la anterior concesionaria, a la sazón la misma de ahora y por tanto rehén de cifras conocidas, de pocos riesgos y de menos jaleos.

Pues bien, de aquellos polvos, vienen estos lodos. De aquella legislatura en la que antes de aprobar un pliego solo con sus votos se acometió una serie de recortes, muchos irrecuperables, y se procedió a un primer aumento del billete. De aquella legislatura en la que se nos tachó de agoreros por pedir un billete que garantizara trasbordo, una línea circular, que compraran autobuses más pequeños o elasticidad en el servicio en horas de mayor uso. De aquella legislatura en la que no se quiso dar participación en el pliego de prescripciones técnicas ni a los grupos políticos ni a la agrupación vecinal, que entonces realmente sí que protestaba y argumentaba.

De aquella legislatura a esta. Un período donde el PP ya no tiene mayoría absoluta y donde se ve obligado a dialogar, muchas veces en apariencia. Donde busca aliados temporales, uniones esporádicas de convivencia que un día le sirven para aprobar algo y otro día ya no le vale. Ciertamente eso es gobernar en minoría, pero no con falsedades o medias verdades. Porque el PP ha descubierto aquello de la participación y de las mesas de trabajo y lo usa magistralmente para su beneficio. Parece que reunir en una mesa ya es motivo para que en un plazo prudencial pueda fagocitar a todos y llegar a los acuerdos que considere.

Sirva esta mesa del autobús urbano. Una mesa que el PP se negó a convocar cuando tuvo que hacerlo, en la anterior legislatura. Ahora, sorprendentemente, qué curioso, el mayor beligerante de aquella mesa alaba los acuerdos de esta pese a que ha sido cerrada en falso, no contempla todas las reivindicaciones, no recupera todo lo recortado en la anterior legislatura y encima sube el billete del autobús urbano otros diez céntimos el billete sencillo. ¿Consultamos al conjunto de los vecinos su opinión? Además, parece que hay un pragmático aliado de última hora. Sí, Ciudadanos. Al rescate de Elena Nevado (¿repasamos la hemeroteca reciente?) Paradojas. De negar el pan y la sal a facilitar subidas de costes para el usuario en el autobús o el aumento de las plazas de la zona azul.

Pues esto es lo que tenemos con algo que debería ser un servicio público, que debería intentar incrementar permanentemente el uso y favorecer una verdadera movilidad. Construyeron en falso un relato, en forma de pliego, que nos hipoteca para los próximos quince años. Ahora, con la complicidad de algunos dirigentes vecinales y que parece que han encontrado su muleta política, perpetrarán una nueva subida del autobús y cambios insuficientes que no atajan lo que necesita la ciudad. Que cada polo aguante su vela.

domingo, 21 de agosto de 2016

Antología del DisPParate

Afirma Rajoy, para presionar a Pedro Sánchez, afirma el PP, para presionar al PSOE, que volver a votar y hacerlo en un día de navidad, sería un disparate. Lo afirma quien ha tenido durante unos años la responsabilidad de gobernar, de sacarnos de una crisis y que han aplicado una política irracional y altamente tóxica.

Porque un disparate ha sido sumir a cientos de miles de personas en una situación de exclusión social. Buscando el botón de reset o aquel de los vídeos vhs de eject, para salirse del propio escenario de juego.

Porque un disparate han sido los millones de euros recortados de políticas sociales.

Porque un disparate han sido los casos de corrupción que han venido a sumarse a las filas del Partido Popular,para adelgazar dinero público, a costa de la financiación propia o de bolsillos y estómagos agradecidos.

Porque un disparate han sido las muestras de vagancia y de indolencia de Mariano Rajoy, acreditado lector de periódicos deportivos y nefasto gobernante.

Porque un disparate es que tengamos que soportar apelar a una responsabilidad quienes no tuvieron la decencia de aprobar presupuesto tras presupuesto con el rodillo de la mayoría absoluta.

Es absolutamente lamentable esta situación, que posiblemente comporte por parte de mucha gente la incapacidad de poner por delante lo que une frente a lo que separa. Pero si ahora algo está caracterizando al devenir de los tiempos es que hay quien quiere arrogarse como el dogmático en posesión absoluta de la verdad sin aceptar que para eso hay que ceder y negociar, algo que para el PP es un oxímoron.

Rajoy ha demostrado su incapacidad para lograr un acuerdo de mayoría estable que le invista presidente. El Partido Popular debería mover ficha con hechos tremendamente claros y necesarios y mirarse su ombligo. Hacer que la responsabilidad de gobernar este país recaiga en otro partido político, del que esperan que les firme un cheque en blanco, es a todas luces irracional y muy poco maduro.

lunes, 8 de febrero de 2016

El culturómetro

Más allá de que quizás ha habido un punto de exceso en la obra de los titiriteros de marras, a cuenta del terrorismo, y que quizás no se especificó lo suficientemente bien el público al que iba realmente dirigido, no podemos estar con el foco puesto en Madrid y con un debate permanente en torno a lo que es y lo que no es cultura a juicio de tertulianos y opinólogos varios.

Manuela Carmena ha traído una recurrencia inusitada en debates, discursos, juicios de valor varios y en todo tipo de decisiones, hayan sido o no tomadas, hayan sido o no dichas, hayan sido o no asumidas. Lo cierto es que la cayetanada (o catetada) aquella de "no te lo perdonaré jamás" será recurso habitual al que aludir, en positivo o en negativo, en ironía o en solemnidad a modo de ofensa, a lo largo de todo el mandato de la alcaldesa, dure lo que dure.

El problema es que la parte no nos deja ver el todo y que si bien podría ser positivo que la cultura estuviera en el centro del debate, el problema es que quienes la colocan ahí no tienen el más mínimo interés por la cultura, ni tampoco les preocupa lo que sus opiniones generan.

Porque la suma de opiniones que constituyen un culturómetro permanente que enjuicia decisiones y que cataloga a creadores repercute negativamente en la intencionalidad del hecho cultural, sea el que sea, del fondo de la obra, del juicio crítico y de la capacidad de discernir lo figurado de lo real, el mensaje de lo literal...

Y es ciertamente peligroso, porque empiezo a percibir unas reservas grandes en lo que atañe a la repercusión que terminan teniendo determinadas decisiones tergiversadas.

Nos están abocando a una cultura de una determinada manera, a un pensamiento adocenado y a una percepción blandiblú de lo que podemos ver o no, sustentada en que sea un mero entretenimiento, inocente, sujeto a unos cánones y, a ser posible, aún no lo han dicho, pero hay quien lo piensa y está esperando el momento, con una suerte de comisión que decida o no qué podemos o no ver, qué se puede o no programar.

Me tocó lidiar hace un puñado de años con la peor campaña contra la cultura que se ha montado nunca en Extremadura, con unos fines oscuros por parte de quienes la inician que nada tenía que ver con lo que decían, y con unos opinólogos jaleando con la paja que tenían delante sin quererse percatar de la viga que muchos tienen en esto. Su ignorancia, sus complejos y sus oscuros intereses les impiden ver la libertad del proceso creativo.

Entonces, cuando ya sabíamos que eran los meses finales de la que sin duda ha sido la etapa cultural más brillante de nuestra democracia autonómica, me di cuenta del enorme peligro que tienen aquellos que enarbolan la cultura cuando quieren decir otra cosa y ninguna es buena, porque hubo quienes quisieron lapidarnos aquellos días, que fueron realmente duros.

¿Cómo resolvemos todo esto? Blindando la cultura, sacándola de la tentación de hacer partidismo, respetando la libertad de los creadores, garantizando planes reales de participación, haciendo propuesta democráticas, escuchando a gestores y agitadores culturales, teniendo planes culturales, promoviendo la autogestión, procurando que haya cultura para todos y en todos los sectores. Haciendo una sociedad rica, enriquecida, crítica. Y teniendo mucha pedagogía a la hora de afrontar los problemas. Introduciendo la cultura en nuestros planes de estudio formales y en la educación no formal. Y cientos de medidas más.

Porque al final de toda esta polémica, opinólogos mediante, muchos llegarán al absurdo de terminar asociando que todos los titiriteros son terroristas.


martes, 2 de febrero de 2016

Reflexiones sobre las elecciones generales (V)

De momento, estas reflexiones, que ya son cinco desde el día de las elecciones, van acertando lo que viene sucediendo. Pedro Sánchez ya es formalmente candidato a la investidura porque así lo ha propuesto el Jefe del Estado y lo ha ratificado el presidente del Congreso de los Diputados.

Es realmente ilusionante ver a un futuro presidente, Pedro Sánchez, con un Jefe del Estado conectando plenamente, no tanto porque la propuesta final de Felipe VI haya sido el secretario general del PSOE, sino que viendo el lenguaje corporal y la tranquilidad del rey con Pedro Sánchez, garantiza comodidad y transmite que una nueva generación ha llegado a las mayores instituciones del Estado.

Frente a esto, hoy precisamente, el candidato marmota. Mariano Rajoy, que pese a la designación de hoy, mañana seguirá diciendo que no renuncia como candidato igual que ayer, y pasado mañana. Hasta que alguien con cordura, leáse Feijoo, Cifuentes o la misma vicepresidenta en funciones, para no salvarse de la quema, digan que toca mover ficha.

Escribo estas reflexiones escuchando a Pedro Sánchez, tocando todos los palos, como puede decirse, pero "con serenidad, principios y generosidad". El listón para el resto de partidos está muy difícil. Vetar esta investidura en segunda vuelta tendría un coste electoral alto para quienes se opongan con su voto en contra. Aviso, pues, a navegantes.

Como también es aviso a navegantes la decisión que han tomado Felipe VI y Patxi López. Porque lógicamente es arriesgado proponer a Pedro Sánchez, pero las cartas dudo que no estén marcadas para algunos de antemano.

La dialéctica de Pablo Iglesias se moderará estos días (aunque todos son contingentes no todos son necesarios, y menos imprescindibles). El diálogo con Ciudadanos fluirá fácilmente. Izquierda Unida hará lo que tiene que hacer porque Alberto Garzón es responsable.

Y el PSOE será modélico. Habrá nervios, seguro. Pero hay un terreno donde el PSOE se mueve perfectamente. Y no es el del poder, sino el de la responsabilidad. Y nadie duda de que en un escenario como este, la responsabilidad que se espera del PSOE llegará estos días.

Pedro Sánchez reclama tiempo. Seguramente en menos tiempo del esperado tendremos un gobierno. No será una legislatura completa, no habrá tranquilidad, seguramente. Pero toca dejar hacer a Pedro Sánchez, y toca que el PSOE vuelva a ilusionar para que muchos problemas que tenemos se solucionen.

lunes, 1 de febrero de 2016

Reflexiones sobre las elecciones generales IV

Estamos llegando a la última fase. La fase en la que quienes más tienen que ganar, aparentemente, si hay elecciones generales de nuevo, PP y Podemos, van por una parte, y quienes más tienen que perder, aparentemente, si hay elecciones generales, PSOE y Ciudadanos, van por otra. Eso para quien quiera conjugar el momento usando los tiempos electorales.

Porque también podría ser que PSOE y Ciudadanos estuvieran siendo los partidos que tuvieran claro que nuestro país necesita un gobierno, estabilidad, reformas y pensar en la gente, y sin embargo PP y Podemos estuvieran centrados en otros cálculos.

Diseccionemos.

El PSOE está internamente hablando con luz y taquígrafos. Y externamente también. Y externamente aunque se hable internamente, cosas de los medios y del afán de filtrar de algunos, parece. Hace unos años hubiera constituido un verdadero escándalo saber que hay una grabación del comité federal. Hoy día, con militantes y dirigentes, tanto monta monta tanto, hablando en cualquier lugar, las grabaciones del comité federal casi que forman parte del ejercicio de transparencia y de demostrar que si alguien está hablando y debatiendo ese es el PSOE. Es, somos, el único partido que ha dicho claramente cómo puede gobernar y que ha presentado un bloque amplio de medidas para debatir ya.

El PP está destruido. Inmóvil, con Rajoy más pusilánime que nunca, con muchos de sus cuadros desnortados, con una operación anticorrupción gigantesca en Valencia, sus pasos van encaminados a quedarse quieto y a esperar a que fracase el PSOE. La evidencia de su actitud está en el anuncio de que votarán en contra a cualquier candidato que no sea Rajoy. Quizás ahora entendamos un poco más el titular con el que ilustraba El País la entrevista a Felipe González de hace unos días. La apuesta es casi suicida: apuestan todo a Rajoy.

Ciudadanos está empezando a moverse. Sabedores de su papel central, pese a que apenas tengan poco más de una octava parte de los diputados, conscientes de la importancia de su papel, su rol está en bandeja orientado a Pedro Sánchez. Solo alguna noticia negativa relacionada con el PSOE truncaría que en unos días, si hay encargo de investidura, no hubiera un acuerdo de mínimos y no quisiera Albert Rivera en erigirse en desatascador de la situación tan compleja que tenemos.

Podemos ha jugado al mus sin saber si los otros querían jugar, sin saber si a Pablo Iglesias alguien le aceptaba de pareja, y ha echado un órdago a todo sin tener ni pares ni juego. Podemos explosionó su jugada, contó con la complicidad de Ferreras, habló de sillas, sillones y de personas y se refugió en su trinchera. Podemos, que hasta hace unos días anunciaba su no a Rajoy, hoy ya anuncia su no a un posible gobierno de Pedro Sánchez apoyado por Albert Rivera. Un no a un gobierno de cambio, progresista, limpio y de regeneración democrática. Un gobierno con todos los ingredientes deseables para Podemos excepto aquel que quiere estar en todas las salsas, el de Pablo Iglesias.

La realidad es que si Pedro Sánchez va de cabeza a la investidura casi de manera irremisible. Por méritos y por galones de su partido seguramente, por la historia de la responsabilidad, pero también por la escandalosa incomparencencia del PP y de Rajoy. Y en ese momento, habrá tres bloques.

Los que se pondrán de acuerdo, o al menos querrán hablar entre sí: PSOE, Ciudadanos o Izquierda Unida.

Los que bloquearán todo lo que no signifique contar con ellos: PP y Podemos.

Los que nadie quiere ahora mismo como compañeros de viaje: nacionalistas.

Con este escenario llegar a un acuerdo es algo complejo y a priori imposible. Ahora bien, si el PSOE llegara a un acuerdo de gobierno ilusionante, reformista y progresista, con medidas concretas, en un debate de investidura y tanto PP como Podemos votaran dos veces en contra, y nos viéramos abocados a unas nuevas elecciones, el daño estaría hecho. Y quizás, entonces, los encantamientos del asalto a los cielos terminarán evidenciando que todo fue un mal sueño, que solo querían un sorpasso, que solo querían sillones, que solicitaban ministerios poco sociales y que solo les vale la destrucción del PSOE para llegar al poder, o dicho de otra forma, egoísmo partidista previo desencanto de sus propios votantes, a quienes hoy por hoy están engañando.

miércoles, 27 de enero de 2016

Nos dijeron, les dijeron

Nos dijeron que éramos casta
Les dijeron que eran nueva política
Nos dijeron que ya no había sitio para nosotros
Les dijeron que eran el partido de la gente
Nos dijeron que sobrábamos
Les dijeron que iban a solucionar los problemas
Nos dijeron que nunca iban a entran en un gobierno que no fuera suyo
Les dijeron que iban a asaltar los cielos
Nos dijeron que aceptáramos sus condiciones
Les dijeron que ellos decidían
Nos dijeron que no éramos de izquierdas
Les dijeron que hoy sí, mañana no, pasado quizás
Nos dijeron que querían debatir leyes
Les dijeron algo de la ley 25
Nos dijeron que les mandaron al gallinero
Les dijeron, nos dijeron, les dirán, nos dirán

Berrinches de sillones
Borrachos de poder
Berrinches de grupos
Borrachos de poder

Podrán poder que podemos que puedan
pero no podrán poder con su afán de poder

domingo, 24 de enero de 2016

Reflexiones sobre las elecciones generales (III)

Tras la boutade de Rajoy de declinar la investidura, el escenario que se abre es todavía más incierto. Todo ello tras la inapropiada, por ser suave, rueda de prensa de Pablo Iglesias, que se sintió en una película cuando quiso erigirse en vicepresidente in pectore. Varias ideas

- Rajoy ha sido un completo irresponsable. No entiendo cómo el Partido Popular se lo consiente. En unos momentos de tan grande inestabilidad tiene que asumir el papel que le han otorgado las elecciones. Y si declina formar gobierno, debe dejar la política de inmediato. El jefe del estado no puede designarle jamás candidato a la investidura sea en segundo o en tercer intento. Aparte que el discurso cacareado de dejar gobernar a la lista más votada que ha tenido el PP en los últimos años ha quedado dentro de una fosa séptica y está ya en proceso de descomposición.

- Pablo Iglesias debe hacérselo mirar. Suscribo casi punto por punto el último artículo de Ibarra sobre este asunto. El órdago que ha echado debe ser respondido con firmeza por la dirección socialista. Los tiempos los marca primero el Jefe del Estado y segundo el segundo partido más votado si fuera el caso. No cabe ni un segundo de atención a una propuesta que es estalinista cuanto menos. Cada vez recuerda más Pablo Iglesias a aquello de Marx, de Groucho, de que esos son mis principios y si no les gusta tienen otros.

- Albert Rivera se equivoca hoy por hoy. Una solución lógica y que dote de estabilidad a España solo pasa por el voto afirmativo de Ciudadanos. Bien al PP, bien al PSOE. Por lógica, debería ser a Pedro Sánchez por comportar un nuevo proyecto, una voluntad reformista y una apuesta clara por la regeneración democrática.

- Pedro Sánchez debe ser firme en sus convicciones y en las siglas que tiene detrás. No cabe acordar nada con Podemos con un líder endiosado como Pablo Iglesias. Sus votantes ejercieron el voto libremente, pero la ceremonia de la confusión en la que se instala Podemos no cabe pensar que tras el encantador de serpientes que hay, haya bonhomía o transparencia. Solo veo hoy por hoy arrogancia y un afán desmedido por alcanzar el poder a cualquier precio, destrucción del PSOE mediante. Habrá que preguntarse, o habrá que preguntar, qué preferimos votantes, militantes, cargos públicos y dirigentes socialistas.

Conclusiones. Si hay que encomendar investidura al PP, nunca puede ser ya a Rajoy. Si optamos por cambio, Pedro Sánchez y el PSOE con un programa acordado con quienes quieren un cambio sincero, sin intereses ocultos, buscando el acuerdo entre otros con Ciudadanos e Izquierda Unida. No veo una tercera vía. Y a partir de ahí, que cada cual se retrate. Y si hay que ir a nuevas elecciones, como votante, militante, cargos público y dirigente socialista, sugeriré, y así lo haré, que no demos ni un solo espacio de aire a quienes solo quieren destruir un proyecto centenario como el del PSOE.

lunes, 18 de enero de 2016

Reflexiones sobre las elecciones generales (II)

Prácticamente un mes después de los comicios, se sigue viendo a lo lejos un negro futuro para muchos. Según quien mire, para casi todos alternativamente. Sin embargo, hoy han empezado la ronda de contactos entre el Rey y los diferentes partidos políticos. Empieza el principio de la primera recta final para la investidura, y hay conclusiones y reflexiones que hacer.

1. Sería increíble ver a un Jefe del Estado como Felipe VI teniendo que desmentir, directa o vía comunicado Casa Real a algún líder de algún partido político. Pero esa anomalía, por lenguarona, producto del afán de notoriedad de algunos y de la necesidad de noticias de otros, no es descartable.

2. El papel de Felipe VI es complicado, igual que lo fue el de Napolitano en Italia. No se trata de un debate entre monarquía o república, sino en cuanto a las atribuciones del Jefe del Estado.

3. El rol de partido de gobierno tanto del PP como del PSOE, y de sus dirigentes, en todos los ámbitos, debería notarse ahora. Si PP y PSOE se comportan de manera responsable, habrá un silencio y una discreción necesarias en estos días.

4. El nuevo escenario de Ciudadanos y de Podemos ante lo que se avecina dota a estos días de especial relevancia. No tanto por ver a Albert Rivera o a Pablo Iglesias desfilando por Zarzuela sino por cómo gestionan días muertos de actividad real pero donde ellos están ávidos por ocupar titulares y por copar espacios. Si optan por la discreción, se harán fuertes. Si buscan la exposición, se equivocarán.

5. Todos los escenarios anómalos benefician al PSOE, siempre que el PSOE se comporte como debe comportarse. Es decir, un PP acorralado que se vea fuera de la carrera por la investidura y donde haya dirigentes que se salgan del guion de apelar a la responsabilidad y carguen en exceso contra PSOE, Ciudadanos y Podemos, y por extensión contra los votantes de estos, perderá chance. Unos Ciudadanos sabedores de que solo serán llave con el PSOE porque no lograrán notoriedad con el PP pese a que se abstengan. Y unos Podemos que se dejen fagocitar por su propio afán de grupos y de temas varios, perdiendo credibilidad con la gente.

6. Por encima de todo habrá que ver si Podemos resiste el temporal. No solo el ruido mediático, con razones importantes, que busca desenmascarar. Aquello, parafraseando a Francisco de Asís de donde haya bonhomía busco yo distorsión es lo que están haciendo Inda y compañía, y parece que algo están encontrando. Me refiero al temporal interno. Porque de Errejones a rejones recíprocos hay un paso.

7. Hay un tema interesante y novedoso. Las iniciativas presentadas por los diferentes partidos para su debate en la Mesa del Congreso. Del comportamiento y gestión de estos asuntos en la mesa habrá que notar nota.