lunes, 29 de marzo de 2010

La hipocresía de la memoria histórica: Garzón y la muerte y la doncella


El Día Mundial del Teatro fuimos a ver La Muerte y la Doncella. Un montaje sobre la dictadura chilena. Un texto muy bien elaborado, genérico, que permitía trasladarse a cualquier otra dictadura. El patio de butacas del Gran Teatro, palcos y los pisos superiores estaban llenos. Supongo que acudieron al cartel atractivo que da la presencia de Emilio Gutiérrez Caba o de Luisa Martín. Lo que tiene acudir con rostros conocidos. El teatro seguramente no se llene igual con el siguiente montaje. Más allá de esto, que merecería otro post, me quedo con la situación y con el montaje.

Me quedo con el apoyo unánime dado; a los aplausos me remito. Me quedo con el impecable texto. Pero también me quedo con la hipocresía que en estos días estamos viviendo a cuenta de la memoria histórica y del juez Garzón.

Seguramente si el montaje hubiera sido sobre la dictadura franquista el público hubiera sido diferente. De todos es sábido - a los resultados electorales y tradiciones varias hay que remitirse - que Cáceres es una ciudad tradicionalmente conservadora y que la pronunciación de las dos palabras rechina como si recordar o tener dignidad no fuera un derecho.



Seguramente, si el montaje hubiera sido sobre la dictadura franquista, los patrocinadores de la obra hubieran sido otros. Sobre todo en lo concerniente al Ayuntamiento de Valencia, que apoya este montaje cuando ha puesto mil y una dificultades a la hora de aplicar la Ley de la Memoria Histórica. A la hora de desligar la ciudad de Valencia del nombre de Franco.

No sorprende, por tanto, esta hipocresía, tan débil en su apoyo que luego presenta contradicciones como la de que mientras que Rita Barberá apoya este montaje teatral, la FAES, think thank del PP, fundación presidida por Aznar, premia a Margarita Thatcher, la misma que con tanto celo acogía a Pinochet cuando un juez español, Garzón, le investigaba por los crímenes de la dictadura chilena.



Por tanto, en el terreno de lavado de conciencia y de persecución de los demás, no extraña que Garzón vaya a terminar señalado y juzgado. Lamentablemente no habrá juicios de Nuremberg, ni comisiones como la chilena o la argentina, presidida esta por Ernesto Sábato. Todo eso queda lejos, y por tanto, todos apoyaremos que se juzgue y se repare. Unos por convencimiento; otros por hipocresía.

En España se demanda saber, conocer y reparar la memoria. Pero parece que algunos no están por la labor. Hay ramalazos que ni la democracia podrá nunca cambiar

jueves, 25 de marzo de 2010

Diálogos en el Parlamento en Coria

Ayer tuvo lugar el segundo programa de Diálogos en el Parlamento. Estuvimos en Coria, en el IES Alagón. De nuevo, la Asociación Educativa Diálogos, con un programa muy bien estructurado, ayudó a acercar la Asamblea de Extremadura a los chavales de instituto. Qué bien hace la asignatura de educación para la ciudadanía, espacio en el que los chavales aprenden y tratan contenidos como los que hablamos ayer. Eran alumnos de tercero de ESO.

En el programa colaboraron tres diputados. De ambos partidos políticos, del PP y del PSOE, demostrando que tras un diputado hay una persona con inquietudes y con valores. Demostrando que es posible, más allá de la discrepancia política, la convivencia entre ambos grupos políticos.

Es la primera ocasión en la que este programa se desplaza fuera de Mérida. Fue un éxito pero hay que seguir trabajando. En el mes de abril iremos a la provincia de Badajoz. El parlamento extremeño, la asamblea, se sigue abriendo a la gente. La gente lo agradece. Una institución que día a día se va haciendo más visible

jueves, 11 de marzo de 2010

Los extremos sin moderación se atraen

Es tiempo para la moderación. Siempre conviene optar por la prudencia, pero más en tiempos donde lo que toca es el acuerdo y la lealtad. El avance de un gobierno, por ejemplo, significará el avance de otro. La retroalimentación hoy es clave. El empujar todos en la misma dirección ayuda en la medida que el ciudadano no quiere desencuentros. No es tiempo, tampoco, de hacer la guerra por su cuenta o de tomarse la justicia por su mano.

Las soluciones que se quiera adoptar, pues, apelando al designio divino como salvapatrias del mundo mundial no existen y son contraproducentes. Vengan de donde vengan. Porque radicales hay de derechas y de izquierdas y tanto desgaste o retroceso produce la actitud de unos como la de otros.

En los ejemplos, dos, uno en cada extremo.

El primero de ellos el de quienes quieren aplicar la ley de la memoria histórica sin atenerse a los procedimientos legislativos que marca su articulado. Quienes así actúan no han entendido nada de la recuperación de la memoria histórica. La recuperación de la memoria debe hacerse, en primer lugar, desde la percha democrática, con propuestas y con la legislación en la mano, atendiendo a las competencias de cada administración. Y en segundo lugar la recuperación de la memoria no puede reescribir la historia. Darle la vuelta a la tortilla no ayuda, sobre todo porque la dignidad, encontrar los cuerpos de quienes todavía no se sabe nada y la justicia de quienes fueron asesinados está por encima de revanchas que no nos llevan a nada.

El segundo de los ejemplos, el de la retadora oficial del gobierno de Zapatero. La lideresa Esperanza Aguirre que ejerce su gobierno como si fuera la presidenta del gobierno alternativa. Ya se sabe el prurito que da el centralismo de Madrid. Lo hizo ya en su momento con la aplicación a su manera de la ley conocida como "antitabaco". Y en estos días sorprende con su llamamiento a la rebelión contra la subida del IVA. Uno no puede ejercer su gobierno con frentismos y con chantajes.

Podría entrar a valorar las motivaciones de unos y otros, pero lo quedaré ahí. Siempre entenderé más a los primeros, aunque no comparta para nada el método. Pero nunca me dejará de sorprender la segunda. Tiene el listón bien alto desde aquel día que logró ser presidenta autonómica de la manera que lo hizo

jueves, 4 de marzo de 2010

Cultura "taurina" como arma arrojadiza y patrimonio madrileño: Madrid is not Spain



En pleno debate catalán sobre la prohibición o no de las corridas de toros, Esperanza Aguirre entra a matar y da un estoque político que coge con el pie cambiado a los maletillas catalanes. Declara los toros como Bien de Interés Cultural. Se introduce, pues, en el coso del debate político con una oportunista declaración. Ya que no lo consiguió con su propuesta de gobierno de concentración va a la carga con este uso partidista de una declaración que tiene sus lagunas.

Para empezar, porque según la ley de patrimonio de la Comunidad de Madrid, se considera bien de interés cultural en la categoría de "hecho cultural" aquellas actividades tradicionales que contengan especiales elementos constitutivos del patrimonio etnológico de la Comunidad de Madrid.

Para seguir porque el proceso de declaración de bien de interés cultural no es precisamente inmediato. Requiere de un procedimiento y de una documentación.

En el primero de los casos, las dudas son similares a aquellas que surgieron cuando Andalucía quiso por su cuenta y riesgo proteger el flamenco o cuando quiso blindarse el Guadalquivir o Castilla y León el Duero. Chocaron con otros intereses, en esos casos con el extremeño. Porque el mundo del toro, guste más o menos, es bien de interés cultural de carácter nacional de facto desde el momento en que las medallas de bellas artes tienen entre sus premiados a toreros o a ganaderos. Porque los toros no son patrimonio de Madrid. En Extremadura la ley de patrimonio contempla los Bienes de Interés Cultural inmateriales. Ahí se encuentra A Fala, el habla singular de Eljas, Valverde y San Martín.

En el segundo de los casos, habría que preguntar sobre el expediente de incoación del BIC, cuánto ha tardado, quién lo inició, qué procedimientos ha seguido, qué documentación contiene, si cabe recursos a la declaración...

Porque con las manifestaciones culturales de todos no cabe enarbolar la bandera de la exclusividad. Porque ya está bien que Madrid ejerza el centralismo cultural que ya no tiene y porque ya estamos el resto de territorios -autonomías y municipios- de España para decidir si los toros forman parte de nuestras actividades cotidianas y de nuestras fiestas.

Lo que nunca podrá eliminarse es el derecho a abrir el debate sobre la continuidad o no de determinadas manifestaciones dentro de las competencias de cada territorio. Significativa ha sido la comparecencia en catalán del apoderado de José Tomás. Podrán ser más o menos acertadas las decisiones que se terminan tomando, pero no cabe demagogia política cuando en el otro extremo de España, en las Canarias, los toros llevan prohibidos más de veinte años. Lo que no se puede es, con la cultura como bandera, querer alimentar el discurso anticatalanista como ha hecho Esperanza Aguirre.

Pero se prohíba o no en Cataluña, la fiesta de los toros será considerada para muchos un arte y un emblema nacional. Y para otros, una afrenta dura contra la vida de un animal. Y el debate, territorios aparte, siempre estará en la calle