Fútbol politizado
A quienes nos interesa la política y consideramos que podemos participar desde determinados espacios para intentar cambiar nos ha tocado aguantar, en no pocas ocasiones, el reproche de quienes no entienden que pueda establecerse el compromiso ético por unos principios y por unas ideas en la misma manera que otros optan por ser seguidores acérrimos de equipos de fútbol o de grupos de música.
Viene esta entradilla a colación del título del post porque el presidente del Real Madrid, al que se le recordará de su primera etapa al frente del club por haber logrado la recalificación de la Ciudad Deportiva, logra otro fichaje que está entremezclado de un regusto político en su gestión y desarrollo.
Kaká será jugador del Madrid el lunes, el día que ha pedido Berlusconi, que no es solo presidente italiano sino también dueño del Milán. Posiblemente porque piensa que anunciar haber claudicado ante otro capo del fútbol, como Florentino, sería un golpe añadido a esas semanas horribilis que está sufriendo el arquetipo por excelencia de político rico, machista y conservador.
Entre medias, como no podían dar la realidad del asunto, han metido por medio al Chelsea, que se ha visto obligado a desmentir su oferta por Kaká. Las televisiones, posiblemente a sabiendas, han picado en esa noticia. Pese a lo que cuesta un minuto en la caja tonta, siempre será más rentable seguir esmerándose en la cuenta que deja anualmente ACS en los grupos audiovisuales.
Todo ello una muestra más de que quienes día a día encumbran a ídolos de barro y dan credibilidad a dirigentes de la altura de Floretino Pérez, deberían dar más credibilidad la clase política y sobre todo intentar evitar, con su voto el próximo 7 de junio, que sigan repetiéndose estas actitudes que ni favorecen al deporte ni tampoco a la política.
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