Reflexiones -necesarias- sobre el Womad 2009
Hace unos días escuchaba unas críticas, muchas de ellas con argumentos y con sentido común, relacionadas con los cambios que en esta edición, la de la mayoría de edad, van a producirse en Womad. Son cambios, añado, fruto de una madurez y de una previsión. Fruto de un ensayo en otro festival, el Play Cáceres, que tendrá o no que ver con Womad pero en la misma medida conlleva una aglomeración en el mismo espacio principal que donde se realiza el primero.
Es una medida, que, como en aquel, también viene rodeada de polémica. Pero no puede ser una medida que surja cargada de críticas y de demagogia sin fundamentos. Está claro que como no existirán quejas, a priori, se basan muchos de esos argumentos, es manteniendo lo que ya existía. Está claro que no hay opiniones, reitero, si no hay decisiones de por medio. Y el gobierno actual de Cáceres está levantando polémica en ocasiones porque está tomando decisiones. En medio de un cierto malabarismo político, sí, pero decidiendo y gobernando. Posiblemente los cambios que se van a introducir este año en Womad, referente al consumo de alcohol en la calle no serán definitivos y se mejorarán a medida que vayan viéndose defectos, pero lo que no podemos es usar la demagogia para pretender matar pájaros a cañonazos.
Porque parece que decir Womad, pensar en Cáceres y aparecer la polémica es todo uno. Lo que no podemos es quererlo todo. No podemos querer Womad en fin de semana, tres escenarios, espacio de comidas del mundo, conciertos que finalicen más tarde de las once de la noche sin ceder en algo. Todos esos cambios sustanciales fueron modificaciones introducidas en el primer womad post Saponi, tras el periplo de decisiones de antaño -todas exigencias municipales- tales como el traslado del Womad al ferial, la prohibición -y posterior retracto- del consumo de alcohol en la plaza, la supresión de uno de los tres escenarios, cambiar womad a días de diario...
Por algún lado hay que cortar para que no surjan aquellos francotiradores que yo denominé en una entrada anterior de mi blog. Y creo que si sigue ganando la cultura, la música, el festival, no hay motivos para que existan críticas en relación con un componente, el del consumo de alcohol que se presupone como secundario y como complemento, nunca como prioridad en Womad ni como el hecho de ser el elemento que reúna a tantos miles de personas.
Ahora surgen los de Izquierda Unida con la demagogia de las barras que se han anunciado que se instalarán. Me parece una pérdida de tiempo entrar en esto. Pero lo voy a hacer. Se equivocan no dando un margen de confianza. Porque si la medida resulta positiva habrá que buscar fórmulas al año que viene para sacarlas a concurso o para garantizar un precio máximo de venta, algo que también creo que entrará dentro de lo razonable este mismo año. Pero hoy por hoy toca demostrar que la madurez no está solo en la edición de Womad, sino en cada uno de nosotros.
No olvidemos que tras la lluvia de improperios de 2008 tenemos garantizado este Womad, pero no el del año que viene. No demos argumentos para volver a tensar la cuerda y probemos, y estoy convencido que ganarán el civismo, el respeto y la música. Porque no hay nada peor que dar la espalda a un concierto, o estar más tiempo mirando al suelo por las botellas que terminas pisando.
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