Sostenibilidad o rentabilidad presupuestaria

La pasada semana se aprobaron los presupuestos más complicados de los últimos años para una región como Extremadura. La crisis hace que hayamos retrocedido en términos absolutos a niveles prácticamente de 2007 y eso, sin duda, requiere de una explicación continua y de una optimización del gasto de la forma más escrupulosa posible. Solo quien ha tenido la oportunidad de gobernar es capaz de ser responsable a la hora de presentar unas cuentas creíbles. Solo quien está en la oposición puede permitirse el lujo, y el exceso, del verbo y del bolsillo. Porque para quien es irresponsable lo mismo da prometer uno que ciento.

Más allá de eso, hay que mirar cada caso concreto. Extremadura, por ejemplo. El modelo de desarrollo que el gobierno regional, y los extremeños con su apoyo, ha sido un modelo sostenible socialmente, que no mira la rentabilidad económica pero que debe tener en cuenta unos parámetros y sobre debe tener en cuenta a las personas y a los pueblos y a las ciudades por igual.

En este tiempo esa sociedad necesita de equilibrios, y no pocos, para seguir equilibrada. Por eso debemos seguir siendo sostenibles, que no es lo mismo que ser rentables.

Porque que no se nos olvide que los que hoy demandan más servicios y mayores gastos sin tener en cuenta nuestros ingresos y nuestra realidad mañana no mirarían la sostenibilidad, sino la rentabilidad económica pura y dura.