jueves, 30 de junio de 2011

Cultura es libertad. Cáceres y 2016

Estos días en los que leo noticias pasando hojas entre encinas y pinos, debo reconocer que la equiparación de cultura a libertad se me antoja fundamental. Sobre todo porque hay dos noticias que creo que muestran que en ocasiones nuestra sociedad no está madura para determinar la importancia de la cultura en nuestro día a día.

1. La polémica con la gestión del Embarcadero muestra que la cultura tiene ideología, y mucho, y que la política cultural debe sustentarse en el diálogo y en la acción de los agentes culturales. Es innegable la labor de dinamización que un edificio, a través de quienes lo han estado gestionando, y de sus actividades, ha supuesto tanto para Aldea Moret como para la ciudad de Cáceres. Debe continuar siendo un referente, y creo que en los últimos días, por lo que leo, se va modulando una solución que no tiene otra salida que la de hacer que el modelo sea el mismo, o muy parecido, aunque vendamos que se ha cambiado totalmente.

2. La designación de capital cultural ha acarreado mucha polémica. San Sebastián merece todas las consideraciones posibles. Las ciudades en liza que no han ganado, bien a través de sus dirigentes activos o de anteriores responsables se han lanzado a la crítica. Hay que saber ganar y hay que saber perder. Hay que aprovechar el trabajo realizado y no hay que dejarse llevar por los primeros impulsos. Lo de Bildu en esto ha sido una excusa. Hubieran saltado por cualquier otra, incluso los de Bildu si San Sebastián no hubiera sido la elegida.

Pero la cultura tiene que seguir siendo libertad, un puente para la convivencia, para la diversidad.

miércoles, 22 de junio de 2011

El gobierno de Monago

Quien a día de hoy cuenta con ser el primer presidente del PP que gobierne Extremadura ha acudido a Madrid a informar a Mariano Rajoy de su gobierno. Diez días antes de la investidura Rajoy parece que ya sabe el nombre de los siete consejeros que formarán parte de ese gobierno.

Mal empieza Monago si tiene que ir a consultar a Madrid los componentes de su gobierno para que en Génova den el visto bueno.

Falta de cortesía institucional con respecto a la Asamblea de Extremadura, puesto que aún no han sido convocados los representantes de los grupos parlamentarios para que el flamante presidente, Fernando Manzano, le proponga como candidato a la investidura.

Falta de tacto con los extremeños, a quien todo presidente autonómico se debe, porque debemos ser nosotros quienes primero sepamos la composición de su gobierno y no el dirigente nacional del partido que lo sustenta.

Por no hablar de que a partir de mañana empezará el baile de nombres con los consiguientes enfados por parte de quienes cuenten con estar y que al final no estén. Y diez días antes de la investidura muy confiado y crecido está José Antonio Monago como para no temer alguna pataleta de alguno de sus diputados. Iremos viendo

sábado, 18 de junio de 2011

Aunque seamos malditas


Una buena recomendación tuitera (¿será esa la adaptación que más pronto que tarde sugerirá la Academia?) y el fin de exámenes hace el resto. Termino Aunque seamos malditas. La contraportada del libro me advierte que hay reminiscencias con el noveau roman. Introducción a la teoría literaria. Pero lo que interesa es el libro.

Interesa un argumento que no quiere conseguir su objetivo llegando pronto a su meta. Da los mismos rodeos que Ainur para evadirse, y a través de ahí mostrar un mundo que mezcla una posible trama ficticia con una posible trama real. La igualdad de la mujer de fondo. Más que igualdad, libertad. Para estar presente de igual a igual.

En ocasiones la novela dentro de la novela. Varias acciones que se entremezclan, varias tramas que no se cierran y que quedan abiertas para quién sabe si otra nueva muestra de desigualdad, que no hay pocas.

Selene, Ainur, el farero, el hombre oscuro, Satán... Todos importan.

Un libro lleno de aseveraciones rotundas, de frases categóricas, un libro que permite una lectura sosegada para anotar muchas de las propuestas de una escritora que da la sensación que se vacía en su novela. Porque con la cercanía de los personajes parece que quien realmente habla es Eugenia Rico. Recomendado