viernes, 27 de julio de 2012

La liberación de Zuckerman, de Philp Roth

Primera lectura de verano y primera incursión en la figura de Roth, el último galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Intuyo que en sus libros su condición de judío y su autobiografía están presentes. Una rápida valoración del primero, en el que habla de mucho, abarca más y terminas entendiendo, entre líneas, lo que quieras entender.

La historia de un novelista de éxito, ¿su propia historia?, que lucha contra lo que el mundo cree que es, contra la fama, contra lo que pudo ser, que va a sus orígenes, que mira en su otro yo...

Libro que está impregnado de un afán pacifista, antimilitar, aquellos años contestatarios de Vietnam, la guerra de Irak americana, esa que todos los países han tenido a lo largo de su historia.

Pocas páginas que tienen tiempo para recordar a Kennedy o a Fidel Castro, pero desde una perspectiva literaria. Un libro que no llega a novela negra, que recuerda a otros, como otros recuerdan a este.

viernes, 20 de julio de 2012

Valencia como principio y fin

El modelo de crecimiento de la Comunidad Valenciana ha sido esgrimido en infinidad de ocasiones como contrapunto a las políticas de izquierda del gobierno central o de las comunidades autónomas. Valencia, una comunidad que empezó junto con Extremadura o Andalucía, siendo región objetivo uno y cuyo desarrollo ha sido puesto de ejemplo hasta la saciedad. Seguramente todo eso a partir de hoy se olvide. Habrá quienes anden preparando argumentarios frente a aquellas manifestaciones hechas basadas en el gasto en torno a la burbuja inmobiliaria, fastuosas inversiones y acciones populistas. Valencia era el ejemplo en el que la derecha se ha mirado siempre. Que no nos den ahora la vuelta a la tortilla. Un maná de recursos y de infraestructuras. Ahora Valencia se asfixia. Ese modelo no da más de sí. Hay a quien le han dejado el muerto y ha optado casi por la incineración autonómica. 


Este hecho coincide con el máximo histórico de la prima de riesgo. Por eso Valencia fue el principio en el paradigma del desarrollo de la derecha, pero también es el principio del fin en mostrar cómo se ha agotado hasta la extenuación un modelo de desarrollo que no da más de si.


Dos dudas finales. 


La primera es si hay realmente margen para restituir derechos y para devolver lo que está empezando a faltar.


La segundo es si en medio de tanto desprestigio de la gestión pública, queda espacio para que muchos terminen por darse cuenta de que no es lo mismo quién gestiona los cuartos, los pocos que quedan.