Yo meé con Leonardo Dantés
Mi autobús a Miajadas esta mañana salía a las 12.45. Inusualmente llegué a la Estación al punto que se cumplía la mediodía. Lo que para algunos es la estación del cruising dentro de alarmar socialmente y punto, sin entrar en lo que sus intolerantes cabezas esconden, dentro de que el tema es preocupante, para mí es un lugar muy habitual. Me encaminé a la zona cero. Entré. Un señor meaba, terminaba, se la miraba, se abrochaba y se piraba. No percibí nada obsceno hacia mí. Yo, mientras tanto, en el intervalo de esos mismos movimientos -que todos hacemos cuando meamos- observé a quien acaba de entrar, de refilón. Me resultaba sospechosamente conocido. Me lavé las manos, a diferencia del anterior. Y terminó el otro que, sin lavarse las manos, al igual que el anterior pero a diferencia de mí, me siguió por la puerta. Le miré por el espejo. No puede ser. Leonardo Dantés, pensé. Menudo parecido. Salí y vi que un autobús a Valencia de Alcántara salía entonces. Me giré y vi lo que me imaginaba pero no quería ver: gente haciéndose fotos con Leonardo Dantés. Y yo hacía un momento había meado con él. Y no me fijé si se la miraba o no, que seguro que por eso me sacaría unas perrillas en el Tomate o en cualquier otro programa. Adiós a mi momento de histérica gloria...afortunadamente