viernes, 19 de agosto de 2011

Las medallas de Monago

El presidente de la Junta de Extremadura ha anunciado los galardonados con la Medalla de Extremadura de este año. No ha usado su twitter, sino que lo ha hecho en Coria, en una visita a la ciudad y a una empresa. Con todos mis respetos para la muy leal villa de Coria no es el sitio ni son las formas. ¿Dónde ha estado la reunión previa del Consejo de Gobierno? ¿Dónde están los méritos de los galardonados en el Diario Oficial de Extremadura? ¿Ha habido reunión de la comisión que regula el Decreto 27/1986 por el que otras instituciones formulan propuestas?

No tengo nada en contra de los galardonados. De algunos tampoco tengo a favor. Me alegro de algunos más que de otros, como siempre suele pasar. Por ejemplo, de la Universidad de los Mayores. No entiendo que se premie a un pueblo, con todos mis respetos, y que eso pueda suponer un agravio con respecto a los demás (insisto, habrá que ver los méritos que se aducen)

Estas son las Medallas de Monago, porque él las ha concedido, porque las ha anunciado en una visita, de tapadillo, y no en una comparecencia exprofeso, como creo que se merecen los máximos galardones de nuestra comunidad. Porque no ha contado ni siquiera con su Consejo de Gobierno, con esos consejeros que no han tenido ni una sola comparecencia pública (qué fuerte es decirlo) en todo lo que llevamos de mes de agosto.

Y si estas son las Medallas de Monago, no tiene sentido que en su entrega hagan de palmeros los portavoces de los grupos parlamentarios. Porque si los grupos no han tenido participación, no tiene sentido que entreguen ninguno de los galardones.

Ha errado bastante en el procedimiento, por tanto, queriendo pasarse de democráta y cayendo en más errores de los que denunciaba que practicaban otros en años anteriores. Que lleve una propuesta a la Asamblea de Extremadura de modificación del Decreto actualmente en vigor, pero mientras tanto, cíñase a la normativa que rige la concesión de las Medallas.

En fin, mal vamos si este es el procedimiento. Esperemos que mejore otros años, igual que deben mejorar otras cosas, porque no sé si alguien se ha dado cuenta pero estas medallas, y no quiero ser ni localista ni provinciano, no atienden al equilibrio regional, ya que han dejado fuera a lugares muy significativos de la región.

domingo, 14 de agosto de 2011

Regulación de sueldos. Banqueros y futbolistas. Pepe Blanco y Monago

El interés por devolver al estado sus dinero, y decir al estado y decir a todos los ciudadanos es decir lo mismo, es lo que estoy seguro que ha impulsado a Pepe Blanco hoy su comentario en relación a la necesaria regulación de los sueldos de la banca. Es justo y además es necesario que si ha habido una inyección económica a entidades, sean las que sean, empezando por las financieras, en estos tiempo de crisis, que el estado vele por la buena administración de esos fondos. Las instituciones públicas, al nivel que cada cual quiera verlo, y al nivel que cada cual se haya implicado, son corresponsables del gasto económico y de las ayudas que con dinero público se conceden a determinados organismos. Son nuevos tiempos también para el control del gasto. A la necesaria transparencia debe añadirse ahora pulcritud y celo a la hora de garantizar que ni un solo céntimo de euro se desvíe de su destino, y por eso es lógico que la izquierda, que siempre debe esta al lado de la justicia social y de la redistribución de la riqueza, quiera velar por el control económico en determinadas entidades. De ahí, por tanto, que anuncios como el de Pepe Blanco -y anteriormente en esa misma línea ya lo manifestó Rubalcaba- sean soplos de aire fresco, aunque quizás haya quien piense, y no les falte razón, que se ha tardado mucho en dar el paso de anunciarlo.

Lo que no tiene sentido es que el presidente de Extremadura quiera poner al mismo nivel a banqueros y a futbolistas. Lo digo porque ha tardado poco tiempo en contestar al anuncio de Pepe Blanco y ha querido abrir el debate a los futbolistas, buscando el oportunismo el día que se empieza a jugarse el primer título del año. Quizás Monago olvida varias cosas

La primera, que hay una diferencia sustancial entre los futbolistas y los directivos de los bancos. Los primeros son curritos, cobren los que cobren, mientras que los segundos son los que están en los máximos órganos directivos de entidades financieras

La segunda es que a los bancos se les ha prestado dinero público y por tanto el estado tiene una autoridad moral añadida a la hora de poder exigir a esos mismos bancos una regulación de los sueldos. Si hay clubes deportivos en esa misma situación, hágase lo mismo, a esos clubes y en el ámbito que corresponda.

Y la tercera es que no andará muy bien el asunto de los sueldos de los futbolistas cuando hay una amenaza de huelga para las dos primeras jornadas de liga. Porque no todos los futbolistas son del Madrid o del Barcelona ni todos cobran millonadas, ni son directivos de grandes entidades, ni los cuerpos técnicos tienen las condiciones de Mourinho o de Guardiola, o de Xavi Pascual o de Pablo Laso, por llevarlo al baloncesto.

Patinazo, pues, de Monago, aquel que frivoliza con los sueldos de los futbolistas cuando seguimos sin saber cuánto cobró en 2009 y 2010, aunque todo parece indicar que aparte del senado cobró también de su propio partido en calidad de presidente regional.

Patinazo, pues, de Monago, aquel que gobierna Extremadura sin gobernar, puesto que equipara a los futbolistas con altos directivos, generalizando. Es como si mañana en vez de pedir la regulación de los sueldos de los directivos, caso de que fueran elevados, de aquellas empresas en las que participa el grupo público Avante, pidiera la revisión de los contratos de sus trabajadores.

Está visto que una persona de derechas no puede jugar a querer ser otra cosa. Porque al final se terminan poniendo en evidencias incoherencias como esta. Bienaventurado el Partido Popular por poner de presidente regional a José Antonio Monago.

martes, 9 de agosto de 2011

Arraigo político en Extremadura

Acción y efecto de arraigar (echar o criar raíces)

Nuestro modelo de desarrollo, aquel que optó por preocuparse prácticamente por igual de las zonas rurales que de las zonas urbanas, tenía sus puntos débiles. Utilizo tiempo pasado porque no me creo que los que ahora van a administrar nuestros recursos mantengan la misma filosofía para con nuestros pueblos. Uno de esos puntos débiles fue que la estructura administrativa generada (en forma de colegios, centros de salud, equipamientos culturales, mancomunidades...) no contaba en muchas ocasiones con la complicidad de aquellos que trabajan en las zonas a la hora de fijar esa población. Que en ese modelo de desarrollo la mejora de las carreteras haya sido una acción importante también ha influido, paradoja, para que así fuera. Sin embargo, seguimos estando a tiempo para dar la vuelta a la situación.

Vale este ejemplo para referirme a otro tipo de arraigo que debería producirse en Extremadura a partir del mes de septiembre. El nuevo gobierno ha traído consigo nuevos nombramientos y, con ellos, numerosas personas han venido de diferentes puntos del país designadas a dedo, como cargos de confianza o altos cargos, para gestionar la cosa pública.

Ya que el presidente regional se jactó en los últimos meses de hablar "en extremeño", supongo que para todas esas personas habrá un curso acelerado de qué supone vivir en Extremadura. Se les hablará de las particularidades de los territorios, de las necesidades de cada uno de ellos, de las posibilidades de uno con respecto a otros y de las discriminaciones positivas y correcciones que en unos casos hay que hacer para favorecer el desarrollo frente a otras zonas. Entiendo que se les pedirá que se empadronen en nuestra comunidad y que sus familias vivan aquí para que su entorno más cercano conozca la realidad y que también les ayuden en su labor de gobierno dando ejemplo.

No demando, creo que sería un contrasentido en esta época de movilidad, y que nos restaría posibilidades, que nos fijemos solo en lo de aquí, luego en lo de aquí, y después en lo de aquí. Pero sí que exijamos un compromiso especial para quienes van a empezar a ser responsables de gestionar áreas muy importantes para nosotros. Nuestros síntomas no son los mismos que los de otras zonas del país, ni nuestras necesidades ni nuestro diagnóstico. Luego la receta y el tratamiento no se recoge en libros, en manuales o en gestiones anteriores que por mucho que se le parezca no son iguales.

Por eso es tan importante echar raíces, y hacerlo cuanto antes, porque lo que no podemos es dar ahora otro tiempo para que quienes no nos conocen lo hagan. Y sobre todo, que haya arraigo, complicidad, porque ya estuvimos demasiado tiempo siendo el lugar de descanso de terratenientes como para que ahora nos convirtamos en sitio de experimentación política de quienes no nos sienten de los suyos y gestionan solo con la cabeza y no con el corazón. Tiempo al tiempo, pero en política, también, es fundamental sentir que lo que estás haciendo forma parte de tu proyecto de vida.

domingo, 7 de agosto de 2011

Educador social habla de economía

Puestos a sacar de nosotros lo que cada uno lleva dentro de sí, estos días toca jugar a ser economistas. Normalmente, en agosto cada uno se sacaba su carné temporal de entrenador de fútbol para analizar la temporada que venía. Pero la crisis manda y toca ser economista.

Veré si en todo me equivoco o si al menos procuro decir pocas barbaridades. Será un post corto y lo más sintético posible.

1. El Banco Central Europeo acaba de anunciar que mañana intervendrá decisivamente en los mercados. Nuestro gobierno ha pasado de pedir prudencia antes las decisiones del BCE a pedir que interviniera decisivamente. Izquierda Unida demandaba una medida similar la semana pasada. ¿Debemos estar aliviados quienes somos de izquierdas ante este anuncio?

2. El anuncio tiene un efecto calmante en una tarde de domingo de agosto. Pero se hace con el tiempo suficiente para que quienes pueden distorsionar la estabilidad de economías más frágiles lo hagan. ¿Echarán un pulso las agencias de calificación mañana al Banco Central Europeo? ¿Especularán mercados con Trichet?

3. Determinados países, como Alemania, no tienen que haberse entusiasmado con la idea. Aquello de la Europa de las dos velocidades se estaba disparando a niveles inusitados para cuando todo este escenario hubiera terminado. Prefiero aquello que en Extremadura se ha dicho siempre: mejor llegar todos juntos aunque sea más despacio. ¿Porque en una situación de desigualdad excesiva no nos convertiríamos en más dependientes económicamente todavía?

4. Inexorablemente va a haber que tomar más medidas que palíen el déficit. Posiblemente la decisión del BCE pueda permitir un mayor intervencionismo en la economía de cada país a la hora de, como ya se ha anunciado hoy, incidir en grandes empresas o en las rentas más altas.

5. Y para terminar, creo que esta semana es de los momentos más importantes a los que se enfrenta Europa, o mejor dicho, lo que se ha convertido la Unión Europea. Porque Europa, sus instituciones y sus países, y no todos, tienen realmente, sin hipocresías, poco por lo que realmente luchar. Y es en lo económico, a cuenta del euro, donde encontramos algún punto de unión. Pues bien, que el BCE mañana intervenga decisivamente en la compra de deuda puede generar el efecto positivo, ojalá que sea así, de darle credibilidad a Europa, o puede hacernos caer a un bajo estado de ánimo.

Las respuestas a algunas cuestiones vendrán mañana, pasado se cambiarán y a final de la semana seguro que quién sabe. Por eso es tan fácil, y tan difícil, poder decir cosas. Y porque de momento, no tenemos que pagar ni por pensar, ni por escribir un post. Algo es algo

martes, 2 de agosto de 2011

Cultura frente a política en Extremadura

No estoy de acuerdo con el titulo de mi post. Porque la cultura es política, o dicho de otro modo, porque la cultura debe formar parte de modo preferente en cualquier gestión pública que se precie.

Dicho esto, diré que el título del post está convenientemente traído para poner en situación a quien quiera leerlo, ya que refleja que los choques, los enfrentamientos y los tira y afloja entre personas reconocibles de la cultura nacional y el máximo responsable de la presidencia de la Junta de Extremadura no es algo que José Antonio Monago se haya inventado. Es algo que ya sucedió en algunas ocasiones con Juan Carlos Rodríguez Ibarra. No recuerdo, con sinceridad lo digo, episodio similar con Guillermo Fernández Vara.

Podrá alguien pensar, por tanto, que mi reflexión busca poner al mismo nivel a Monago frente a Ibarra. Obviamente, se equivocan. Y argumento. Lo que hoy sucede, no ya entre la Junta de Extremadura, sino entre Monago, porque él ha querido que sea así y Blanca Portillo, es una salida de pata de banco del presidente que, en medio de un agosto sin mucha noticia como es tradición, lleva paso de convertirse en algo que va a traer cola.

No tiene que ver este enfrentamiento de Monago nada con los que Ibarra pudo tener con personas tan diferentes como Robe Iniesta, Bebe o con Reyes Abades. En los dos primeros casos, la polémica vino a raíz de unas declaraciones iniciales de los cantantes, oponiéndose a la refinería. Ibarra, porque era Ibarra, contestó. En el segundo caso, la polémica surge como consecuencia de la participación de Reyes Abades en la película de Carlos Saura El Septimo Día, que versaba sobre los crímenes de Puerto Hurraco, que pasó sin pena ni gloria, por cierto, y que fueron excesivas, como me consta que finalmente hubo que reconocer. Ibarra salió, como siempre ha hecho y siempre hará, a defender nuestra imagen en positivo.

Pero hay tres diferencias fundamentales.

La primera, que Ibarra tras cerca de veinte años como presidente regional, era una persona tan reconocible, por su forma de ser y por su defensa de Extremadura que podía situarse a un nivel lo suficientemente parejo con respecto al referente cultural que podían casi llegar a tutearse. Frente a esto, Monago, un recién llegado a la presidencia de Extremadura, quiere dar el salto enfrentándose a Blanca Portillo.

La segunda, que ninguna de las personas que he citado eran responsables directos de programas de la propia Junta de Extremadura, con lo que la polémica terminaba siendo entre personas, reconocibles, que creían, por principios o ideología, en defender lo que buenamente consideraban. Algo, ojo, muy respetable. En esta ocasión, simplificando mucho, el jefe, que ha proclamado a los cuatro vientos que quería hacer el gobierno de los mejores, abronca y presiona en público, y asfixia en privado, a dos gestoras culturales del máximo nivel y parangón, forzándolas a renunciar.

La tercera, que en lo que se refiere al gobierno regional, la polémica entonces nacía en Ibarra y terminaba en Ibarra. Porque nuestro presidente entonces así lo quería y porque su forma de ser, Extremadura ante todo, y rompiendo cristales si hace falta, así lo demandaba. Ahora, el primer acto de la polémica la inicia una Consejera, seguramente a iniciativa del propio presidente. El segundo acto es que sus compañeros de gobierno, en primer o segundo rango se escabullen y no la defieden. Y el tercer acto es que el propio presidente quiere apagar el fuego sin importar si en pleno mes de agosto está achicharrando a una persona que, cada vez estoy más seguro de ello, está pensando que estaba mejor en su puesto de trabajo donde su valía era, y sigue siendo, de sobra reconocida.

Por tanto, abrimos un nuevo tipo de enfrentamiento cultural en Extremadura, el que busca el enfrentamiento per se a cambio de notoriedad. Y de fondo, nuestro Festival de Mérida lamiéndose las heridas. Quedan veintiséis días de programación. Pero muchos, pena, están más preocupados por estas actividades paralelas. Porque aquí, parece, que lo que nos toca es, en vez de que cultura y política vayan de la mano, que sigan caminos distintos.

lunes, 1 de agosto de 2011

Pan y circo como antesala de presupuestos participativos

Llevo dos días reflexionando sobre algo que los telediarios de este nuestro país llevan contando ese mismo tiempo. Llegan las fiestas patronales, esa reunión masiva de quienes han optado por quedarse en el pueblo frente a quienes emigraron y vuelven cada vez menos pero siempre lo hacen en agosto. Muchos ayuntamientos, seguramente muchos más de los que se han hecho eco los informativos, tienen una economía maltrecha. A casi nadie medianamente informado se le escapa que la administración local es, de entre las instituciones públicas, la que tiene un peor estado de cuentas. Por eso, en tiempos de crisis, a los que se añade en algunos caso cambio de color político en los gobiernos, hay números que no cuadran. Y no cuadran, por ejemplo, a la hora de plantear unas fiestas.

¿La solución? Que se pague entre los vecinos. Si no ahondamos más y si la respuesta es afirmativa, podríamos encontrar muchos adjetivos que acrediten la bonhomía y la generosidad de quienes, sabedores de la lamentable hacienda municipal, contribuyen a que la charanga, la orquesta y las roscas de todos los años lleguen puntuales a su destino. Pero si la solución termina convirtiéndose en algo localizado únicamente en las fiestas, en el pan y circo, en el divertimento y nada más, la democracia se pervierte. Una buena acción, llena de corresponsabilidad entre el gobierno de turno, sustentado en el partido que sea, termina siendo una manera mezquina de pervertir la democracia.

Porque si la corporación local de turno no concluye en que si pedimos dinero hoy mañana tenemos que devolver en confianza, y si los vecinos no caen en la cuenta de que es también dinero suyo el presupuesto que administran su alcalde y concejales, mal vamos. Seguiremos, en medio de una vorágine de propuestas que quieren mejorar nuestra democracia, haciendo que nuestras decisiones terminen por ser ilógicas.

Es decir, mal va un pueblo, sea el que sea, donde sus gobernantes piden dinero y sus vecinos lo dan para unas fiestas si mañana no se plantea el mismo quid pro quo en los presupuestos municipales, o si mañana no se abre ese debate, abiertamente, a otros temas de calado para el municipio.

Con esto de las fiestas, por tanto, tenemos la posibilidad de quedarnos en la anécdota, que la orquesta llegue, que los emigrantes se vayan y que el pueblo siga igual. O por el contrario podemos dar una lección de democracia si llegado el mes de octubre a quienes hoy le pedimos cincuenta euros, mañana le pedimos opinión para los presupuestos de 2012. O si pasado mañana abrimos el debate con los vecinos sobre los gastos tremendos que ocasiona, para veinte días al año, una piscina municipal con sus gastos de depuración y de personal, por poner otro tema en la mesa.

Porque fíjate por donde, a través del pan y circo, cosas de nuestra democracia, podemos terminar hablando de presupuestos participativos. ¿Se atreverá alguien?