sábado, 12 de mayo de 2007

Vigas, pajas y esterilidad


Esta será una historia de vigas que tienen unos, pajas que tenemos otros y de esterilidad (antes llamada impotencia) de esos unos a la hora de afrontar algunos problemas. David sigue dándole dolores de cabeza a Goliat. Goliat sigue sin acordarse de que ni la calle es suya ni son suyos los servicios de limpieza y de la policía local. Ayer usó a estos últimos para amedrentar a un nutrido grupo de jóvenes quitándoles pegatinas alusivas a Goliat. Ayer que precisamente la vigilancia tenía que estar para otras cosas por las 25.000 almas que había en Cáceres, hubo personas a las que no les quedó más remedio que recibir órdenes de Goliat y quitar pegatinas de las camisetas.

Goliat siente esterilidad. No sabe qué hacer. Su anterior militancia no le deja ver más allá de darle la cara al sol.

David sigue ilusionado. Los cimientos de Goliat se tambalean.

Entre todo esto, una historia de vigas y pajas. La memoria es frágil. La de algunos, quiero decir

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