Últimas lecturas: El Jarama, Habana Negra y Grita Libertad

Tres libros diferentes. Tres autores. Tres mundos. Mis tres últimas lecturas. En
épocas históricas consecutivas, que se solapan.



El Jarama, con la lectura costumbrista de Ferlosio. Un libro que reniega, donde no pasa nada y pasa de todo. En un solo día. En Madrid Un retrato donde muchos jóvenes de posguerra pueden identificarse, y donde muchos jóvenes que nacemos y crecemos en la dictadura hay cosas que vemos tan fuera de lugar, tan desfasadas. Una pandilla con sus problemas, los de entonces, y algunos, ojo, los de ahora. Con sus sinsabores, sus ilusiones, sus rivalidades y sus hábitos. Inocentes en la mayor parte de los casos. Una sociedad, retratada a través de un bar, con la España real, la de carne y hueso. La que comía royendo huesos o la que masticaba carne. La solitaria y la de la familia. La machista y la tolerante.



Habana Negra. Un libro diferente. Ópera prima de Georgina Jimenez. Relatado en una ciudad siempre anhelada. La Habana. Con la mafia de por medio. Con música, drogas, traficantes, lealtades y deslealtades. Una trama que recurre a la historia para apoyarse y que introduce elementos esenciales para que sea una novela. Una novela de ciudad más, de esas que uno quiere leerse como pretexto o como consecuencia de una visita.



Grita Libertad. El último, pero no por ello el menos importante. Steve Biko frente a Donald Woods. Cara a cara, frente a frente. Revueltos primero, juntos después. Hasta la muerte y más allá. La versión no comercial, Invictus mediante, del apartheid. Un libro esencial para entender el problema del racismo, del apartheid, de un odio casi intrínseco y una ocupación de un territorio que ayer fue en Sudáfrica y que hoy puede darse de forma reconocible en otras zonas del mundo.