Bienvenida, Helga
Por fin, esta semana abre sus puertas el Centro de Artes Visuales Helga de Alvear (en adelante CAVHA). Un sueño hecho realidad y nada dejado a la improvisación. Ni en lo formal ni en el recorrido de todos estos años. El lugar finalmente elegido, la Casa Grande, fue escogido con mimo tras manejar otros espacios. Los arquitectos, Tuñón y Mansilla, han participado en una rehabilitación y darán su medida en el nuevo edificio proyectado en las traseras del actual.
Estamos frente a uno de los mayores acontecimientos culturales desde la Declaración de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad. No me cabe ninguna duda de que el Centro tardará poco en ser visita y parada obligada, lugar de tránsito, de evasión, de recreación, de relajación y de turismo. Con este centro nos ponemos al nivel de otros espacios y ya podemos decir, bien alto y bien claro, que tenemos nuestro Reina Sofía particular.
Toca ahora que el CAVHA sea un cacereño más, desde ese concepto extendido de museos con vida y con corazón. El CAVHA está empadronado en Cáceres y tiene sentimiento extremeño, como su mecenas, Helga, va pregonando a los cuatro vientos. Ahora toca afianzarse, y sobre todo, tutelarlo. Cuando a partir de mañana se inaugure habrá quien se tire de los pelos por no haberse dado cuenta del potencial que tiene. Habrá quien opte por querer engatusar a la galerista y entonces debemos blindar el Centro con la construcción del nuevo edificio.
Ya digo que más allá del WOMAD no creo que haya ningún otro logro cultural semejante desde 1986. Pero a diferencia de WOMAD, este centro es un centro permanente, tangible, visitable, en el corazón de Cáceres. Por eso no cabe más que la gratitud y la difusión de nuestro nuevo inquilino. Como en otras cosas, nosotros lo vimos primero. Bienvenida Helga, larga vida al Centro de Artes Visuales.
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