viernes, 14 de octubre de 2011

Argentina. Escuela de Gobierno


La última parada fue Argentina. Cruzas el charco. Casi que no te enteras salvo por la duración del viaje. Te plantas en una ciudad de fisonomía muy europea, pero que a poco que hurgas en ella aparece la vida del porteño, el carácter amable de sus gentes, la diferencia entre nuestro continente y una vida más pausada, quizás a cuenta del mate.

Anduvimos viendo proyectos de la administración central argentina, en el empeño del gobierno argentino por modernizar sus instituciones. Estuve con los integrantes de la Escuela Nacional de Gobierno, un proyecto entusiasta, comandada por Sebastián Lorenzo, y que tiene a una plantilla muy joven de personas preparadas y dispuestas a patearse un país tan extenso y tan inabarcable como el argentino. Una institución que apuesta por la capacitación de responsables públicos a través de fórmulas nada convencionales, alejadas de la burocracia tradicional y que pivotan en el gobierno abierto. No es casualidad, por tanto, que Sebas Lorenzo, junto con el amigo César Calderón sean los coordinadores de un libro sobre esta temática.

Más allá de eso, tuve oportunidad de ver zonas claves de Buenos Aires. Caminito, el barrio de La Boca, con la Bombonera, con la humildad hecha colores; Microcentro, donde la vorágine administrativa te hace ser un anónimo visitante de una ciudad reconocible en sus cuadras; Puerto Madero, zona de expansión de una ciudad que muy cerca de allí sigue necesitando de guiños para su desarrollo o la Avenida Corrientes, el espacio donde la memoria y la cultura se dan la mano y donde siempre, como decía Lorca, saldrás con media barra de pan y al menos un libro.

Ahora en Argentina hay elecciones. Dentro de apenas diez días. La victoria de Cristina Fernández de Kirchner es incuestionable. Más allá de eso, siempre estará la necesaria autoestima de la que siempre tiene que hacer gala un pueblo. La bonhomía de sus gentes. La hospitalidad.

Siempre uno podrá escuchar a Sabina, a Calamaro, a Rodrigo o a quienes musiquen Argentina. Porque, también lo aprendí estos días, la música bien entendida tiene mucho significado. Quien sabe verlo, no es mi caso, tiene un don. Porque quien musica sus pensamientos siempre, como los poetas que están esparcidos por Corrientes, quiere decir algo más de lo que dice. Y ahí debe estar el oído o la vista para descubrirlo.

Volvamos a la realidad, habiendo aprendido cosas nuevas

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