La cultura que quiero y que no quiero en Cáceres
Quiero la cultura que revitaliza el Embarcadero y que programan Lemon y Coco; quiero lugares que se arriesguen como Parrapolis; quiero grupos que anuncian nuevos discos, como Carnica Sound; quiero exposiciones en la Casa sin fin...y que no terminen; quiero tiendas como las de Sergio Sánchez o la calle Pizarro, que dinamizan la llegada a intramuros; quiero festivales que no necesiten a lo público, porque lo público ya no está para eso salvo excepciones, y esos festivales, y sus organizadores, muestran así la amplitud de miras; quiero exposiciones como la de Juan Rosco, que también se anuncia en el Embarcadero y que también promueven Lemon y Coco; quiero acciones como las del Habana Espacio Libre, lugar alternativo, quiero periódicos como Avuelapluma, quiero nuevas iniciativas como el Gran Café, quiero que se siga exponiendo la Madrila Alta, y que Diego, Luis o David programen en Boogaloo, en el Corral o el Barrocco, quiero librerías que innoven, quiero que sigan las propuestas culturales que desde lo privado se hacen o quiero propuestas como La Exposición Expandida o Arte Actual Extremadura, desde Cáceres a la Red.
No quiero que se confunda el tocino con la velocidad, no quiero sensacionalismos, no quiero dobles lecturas, no quiero que anualmente conozcan mi ciudad con exposiciones a personajes como ayer Belén Esteban y hoy la Duquesa de Alba. No quiero que nadie piense que esta es la cultura de mi ciudad, ni siquiera que piense que esto es cultura.
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