jueves, 21 de abril de 2011

El pianista en el burdel, o la condición de ejercer el periodismo


Leerme este libro de artículos de Cebrián me ha llevado un tiempo excesivo. Demasiado, quizás, para que ahora acuda puntual al tradicional post que sigue a una lectura y que están en mi blog clasificados con la etiqueta de literatura.

Por eso mezclaré el libro con mi visión del periodismo, o del periodista. Aquel que en una capital de provincia como la nuestra debe trajinar de rueda de prensa en rueda de prensa para encontrar un titular que convenga a los intereses de una línea editorial que muchas veces genera opinión al modo del perro del hortelano: ni come ni deja comer.

Que la prensa esté condicionada a los resultados económicos, en esta era digital en la que en cierta manera se reinventa el periodismo, y en la que la crisis azota toda iniciativa empresarial, tensiona mucho la labor del periodista. Las empresas editoriales están muchas veces condicionadas a unos resultados económicos que no permiten ejercer con la libertad deseada tan necesaria profesión.

Cebrián presume en su libro de cierta independencia económica, pero las duras condiciones que Liberty ha impuesto recientemente a Prisa ponen en entredicho su bonhomía para con su actual empresa.

Esto último no quita para que podamos considerar a Juan Luis Cebrián como una de las figuras periodísticas españolas de nuestra democracia. Una persona influyente y sobre todo una persona que ha sabido teorizar primero y poner en práctica después determinadas visiones del periodismo en esta nueva era digital.

Me quedo, finalmente, con la visión del terrorismo desde los grandes medios de comunicación. Ahora que el final de ETA es irreversible, si no lo remedian determinadas ínfulas de arrogancia partidista, Cebrián asume cómo las líneas editoriales de estos medios alimentan, de una manera o de otra, el interés por la noticia. No creo que ni mucho menos deba interpretarse ni como un brindis al morbo, ni como una apología del terrorismo, pero ese afán por informar antes que los otros, ha hecho que los medios, en este tema, se muevan en una delgada cuerda floja.

No sé a partir del lunes, que se reanuda la actividad periodística y con mucha intensidad de aquí al 22 de mayo, cuando tendrán presente a un gurú como Cebrián. Lo que sí tengo claro es que ejercer el periodismo con tantos condicionantes no es fácil. Así que a continuar haciéndolo con la mayor libertad posible, para garantizar una información veraz y objetiva para todos.

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