Piensa en verde prudencia

En verde prudencia, que para nada es mi intención heinekenzarme. En el verde prudencia de sobreponerse a los acontecimientos que se han sobrevenido hoy a cuenta del comunicado de ETA. Soy radicalmente optimista, pese a que damos credibilidad a todos los movimientos terroristas. Soy radicalmente optimista, pese a que algunos vaticinarán hoy el fin del mundo. Soy radicalmente optimista, pese a que sé que todavía queda mucho camino por recorrer. Soy radicamente optimista, pese a que muchos se aventuren en seguir buscando separaciones. Soy además radicalmente prudente, pero quiero que haya paz. Soy además radicalmente prudente pero no me gusta el desasosiego. Soy además radicalmente prudente pero no me gusta que se vea división.

No hay que hablar de nosotros o de estar al lado de la democracia de una o de otra manera. Es el tiempo de pararse a pensar en el futuro y de ver dónde estábamos ayer y dónde queremos estar mañana. Es el tiempo en el que nos sentemos todos al mismo lado de la mesa y que los del otro lado se sientan solos. No es momento de seguir mirando listas electorales. No es momento de seguir viendo apellidos, siglas o consideraciones allá arriba. Es momento de mantenerse firmes. No hay por qué evidenciarlo saliendo permanentemente a la calle. Hay que evidenciarlo en nuestras conciencias. Tenemos que sumar el espíritu de Ermua, el de Tomás y Valiente, el de nuestras más profundas convicciones democráticas. Tienen que seguir todos los dispositivos alertas, obviamente.

Hoy no se cierra una puerta. Pueden abrirse muchas otras si la democracia gana a las siglas y a las urnas partidistas. Sigo firmememente convencido de que el diálogo y las palabras terminarán siendo el mejor de los caminos. Pero para eso hace falta una respuesta unánime. Una respuesta de los demócratas. Arrinconemos esos malos pensamientos de buscar réditos electorales. Con ellos se arrinconarán quienes se crecen cada vez que los demócratas nos dividimos.

Pensemos en verde, en verde prudencia