Demografía, mercado e izquierda

La figura de Felipe González como referente ideológico creo que debe estar fuera de duda. Su liderazgo y su preponderancia en el marco de la Unión Europea hace que sea considerado como uno de los referentes políticos de aquellos años ochenta tan importantes para España y tan decisivo para Europa.

Hoy es una persona cuyos planteamientos e ideas son cada vez más necesarios, habida cuenta de que a su capacidad le une la experiencia y la falta de responsabilidad en primera línea, algo que ayuda a ir ligero de equipaje.

Hago mención a sus virtudes para decir que una sola palabra, demografía, me ha llamado a escribir este post en pleno cuarto cuarto del partido entre Lakers y Barcelona. Demografía, sí. Parece que el asunto en el socialismo va hoy de acepciones. Todo un referente ideológico como Alfonso Guerra al que su historia y ascendencia le debería eximir de dar explicaciones ha recurrido hoy al diccionario. Yo hago lo mismo con la demografía. "Estudio estadístico de una colectividad humana, referido a un determinado momento o a su evolución". Personas, en definitiva

Porque estamos en un período en el que la sociedad ha cambiado mucho en muchos aspectos, pero la demografía, aquella pirámide poblacional que estudiábamos en las Sociales de ayer y hoy creo que conocimiento del medio, condiciona, y mucho nuestro comportamiento. Y son las personas el centro de la demografía. La preocupación de la izquierda, que sin embargo, a cuenta de esa pirámide, debe revisar sus prioridades porque el mercado no lo controlan los gobiernos y porque el entorno no es favorable.

El mercado, en el que los presupuestos autonómicos o nacionales están condicionados a esa palabra, a los centros de decisión o de opinión, a caídas y bajadas... a esa crisis que nos atora.

La demografía, esa realidad que nos dice que la sociedad producirá menos riqueza a medida que envejezca y que, consecuentemente, se necesitarán más recursos procedentes de esa menor riqueza para abastecer cada vez a más gente.

La izquierda, esa ideología que se redefine día a día, minuto a minuto, en un mundo egoísta y donde hoy se manifiestan por decisiones que piensan en el futuro con métodos pasados aquellos que ayer se manifestaban mientras exigían que se pensara en el futuro cuando se tomaran decisiones en el pasado.

A esa demografía y a ese mercado, cuyas evidencias y puntos en común están fueras de duda, hay que añadirle la realidad de la izquierda de ahora. La derecha lo tiene claro. Nunca lo tuvo tanto. El mercado va a su favor y de qué manera. La izquierda, con su inconformismo, tiene muchos más matices. Pero se unificará. Justamente cuando deje de combatir el mercado, imbatible, y se centre en hacer más fácil la vida de las personas comprendiendo la realidad de la demografía