viernes, 15 de octubre de 2010

Las competencias de los toros

Soy seguramente más profano que algunos lectores de este post tanto en el derecho como en el asunto taurino, pero conociendo desde dentro alguna administración como la conozco y aplicando el sentido común, creo que se están obviando cuestiones fundamentales cuando se pide que los toros dependan de cultura y cuando a posteriori se hacen juicios de valor sobre la reunión mantenida entre toreros y el ministro Rubalcaba.

Existen ciertos asuntos que son transversales en la estructura de una administración. Esto es, su ascedencia y/o aplicación trasciende a más de un departamento de la administración. Ese es el caso de los toros. Circunscribir con preferencia a uno u otro departamento no es más que un gesto político que estimo que en este asunto concreto es imprescindible. Porque el gesto debe llegar en la medida que se cuestionan otros elementos por encima del cultural. Hasta ahí estamos de acuerdo.

Ahora bien, el mundo de los toros seguirá teniendo que ver con el Ministerio del Interior y con el Ministerio de Sanidad por cuestiones obvias porque sería irracional, por ejemplo, que el Ministerio de Cultura fuera el encargado de los controles sanitarios de las ganaderías.

Más allá de eso, la adscripción a un departamento es un gesto y si queremos un apoyo pero para nada supone de facto reconocer que debe ser Bien de Interés Cultural, como por ejemplo arrojaban las páginas de El Mundo hace unos días. ¿O acaso las bibliotecas o el cine, por ejemplo, como unidades administrativas del Ministerio llevan la necesaria consideración de Bien de Interés Cultural? Que nadie se lleve a engaño, por tanto. La próxima adscripción de los toros al Ministerio de Cultura supondrá una adscripción administrativa consecuencia del apoyo tácito en la consideración de los toros como cultura por encima de otras cuestiones, pero nada más que eso... y eso, sinceramente, creo que no es poco.

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