Festival "Noches de Verano"

El año pasado comenté en rueda de prensa que Cáceres en verano era un desierto cultural, e invité a los jóvenes a exiliarse a otras zonas donde el modelo de desarrollo regional por el que se ha optado hace que la cultura, la noche y la juventud convivan de una manera diferente. Programas como Estivalia, Escenarios Móviles o los festivales que transitan por la región (Alcántara, Hervás, Zalamea, Jerez de los Caballeros, Alburquerque...) terminan convirtiéndose en eventos esenciales para nuestra comunidad. Sin embargo, la ciudad de Cáceres carece de un festival propio en verano, más allá del Festival de Teatro Clásico, muy cercano de la mayoría de edad y altamente consolidado.

Sirva esta introducción para los profanos y para refrescar la memoria, porque creo que eso está cambiando. El Ayuntamiento de Cáceres está montando un teatrillo barato, al más puro estilo de los de algún vende historias que va por los pueblos extremeños, y ha creado un Festival propio que creo que terminará siendo un culebrón. Todo tiene como objetivo opinar con respecto a las entradas del Hípico, a lo que se paga por acceder a aquello que este año se ha llamado Coco Cabana y que explotan algunos hosteleros de la ciudad.

A la vista de las informaciones creo que lo que ha hecho el Ayuntamiento ha sido apuntarse a la táctica de "quien da primero da dos veces", pero creo que cae en el mayor de los ridículos según lo publicado. Ha sido el mismo Ayuntamiento, aquel que ahora pregona por la igualdad, el que ha abierto la puerta a que se cobre entrada, luego si al mercado y al capital se le ofrece la posibilidad la aprovechará.

Ésa es mi conclusión personal, que espero que sea equivocada.

De ser cierta, debería derivar en que el Ayuntamiento de Cáceres se asocie a la ONG Payasos Sin Fronteras, por el ridículo realizado, y que se vayan sus concejales al Hotel de la Risa. Mientras tanto, de las arcas municipales, tan dañadas ellas, deberían ir preparando abonar la entrada a todos los que así se lo demanden al consistorio. A la espera de acontecimientos, pues.