Un año sin Menezes

No le conocía. Posiblemente, jamás hubiera cruzado una palabra con él. Ni con nadie de su familia. Pero es de esas historias con las que te sensibilizas y que interiorizas casi que como propia. Hay muchos lemas colectivos a la hora de solidarizarse con determinadas causas. Así, con el 11M se podía leer en torno a sus manifestaciones "Todos íbamos en ese tren". Con el tema de la negociación de ETA (que merece toda la atención de este blog y así procuraré hacerlo) se viene diciendo aquello de "No en mi nombre". Pues con este chico, brasileño y en un principio casi el sucesor de Bin Laden, por la que trajo consigo, me pasa un tanto de lo mismo. En su momento pude pensar, seguro, algo así como "Hoy todos somos Menezes" o "Pon una pistola en el metro". En fin, son reflexiones en blog (no cabe decir en voz) alta.

Lo que es cierto es que hace prácticamente un año, un joven brasileño fue asesinado en el Metro de Londres por la policía británica. Su aspecto y una actitud parece que tremendamente sospechosa marcaron decisivamente, en unos minutos, el devenir de alguien que quería poco más que ganarse la vida en una gran ciudad.

Un año sin Menezes abre un mundo de interrogantes y de inseguridades, fundamentalmente en aquellos lugares con gran criminalidad y con guiños largos y muy amigos de luchar contra el terrorismo creando más inseguridad y con confrontaciones.

Un año sin este brasileño, al que jamás hubiera conocido, es tener la certeza triste y cabreante de que las sospechas infundadas, un gobierno obsesionado, plantear la lucha contra el terrorismo en clave de guerra y demás patrañas no sirven de nada.

Seré utópico, pero me quedo con lo bueno de cada uno y con el diálogo. Con la alianza de las civilizaciones, por qué no.