Colaboración en Avuelapluma VIII
Cáceres y la carrera del queso
En Gloucester una curiosa iniciativa congrega a cientos de personas anualmente. Se trata de la carrera del queso. Se lanzan monte abajo tras un queso. Lo de menos es un queso, evidentemente. En Cáceres no tenemos tamaña afrenta, a la que seguramente alguno que otro se lanzaría al vacío. El Cáceres tenemos en San Jorge la búsqueda de la gallina, aunque es una tradición venida a menos según lo que hace tiempo me contaban en casa.
Pero sin embargo, en nuestra ciudad vivimos una particular carrera del queso desde que hace ahora mismo un año la suma de los concejales, y de los votos, reflejara nítida y aritméticamente que la ciudad había votado por el cambio. Ese es el juego democrático, en el que la suma de varios puede ser más que lo que uno solo sume. Y eso es lo que dictaminamos los cacereños el pasado 27 de mayo. El partido que anteriormente gobernó Cáceres recibió de su propia medicina en la investidura de la alcaldesa. Ellos optaron la anterior legislatura por gobernar solos y casi sin el apoyo de ellos mismos. La autosuficiencia tuvo su respuesta; el cambio se hizo realidad.
Desde entonces, en nuestra ciudad ha habido, sin pausa, una enloquecida carrera del queso. Orquestada desde la voz ya de la oposición o ya de algún que otro colectivo interesado buscar generar opinión contraria a la gestión actual y hacer que surja una especia de amnesia colectiva en nuestra sociedad. Sociedad que, por otra parte, el anterior equipo de gobierno ya se encargó convenientemente de aletargar.
Viene sufriendo, por tanto, el actual equipo de gobierno una oposición injusta, en la que los concejales populares anteriores quieren tapar sus vergüenzas con la descalificación permanente y los nuevos simplemente se dejan llevar cayendo en una estrategia errónea, donde no vale aquello de donde las dan, las toman, por fijarme en un dicho popular.
Tiene, por consiguiente, la oposición la llave para finalizar la carrera del queso emprendida, sobre todo porque ello será signo de una estrategia moderada, responsable y cívica. Tirarse de frente por un barranco solo suele tener una salida: la de herirse y dañarse sin sentido. El problema de todo ello es que quien se tira es la oposición en pleno.
Sería conveniente que recapacitaran, solos, individualmente o en compañía de otros. No puedo creerme que todos los concejales de la oposición piensen en que hay que practicar la estrategia del acoso y derribo. Es más, sé que no todos piensan así. Saquen ese nuevo Rajoy que llevan dentro y al que parece que se adhieren, y opten, solos o en compañía de otros por romper con estrategias kamikaces. El pozo está a punto de tocar fondo… y el queso no lo encontrarán.
Nota: El queso, de existir, lo tiene bajo llave la alcaldesa. No lo entregará porque está sirviendo, una vez más, de fortaleza para mantener el tipo. Poco a poco caerán detractores. Cada vez más agradeceremos las mejoras. Ánimo
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