Matar al mensajero
La estrategia del Partido Popular en lo referente al caso Gürtel roza la hilaridad más absoluta. Si es de mofa no comparecer repetidamente por el miedo a responder a los medios de comunicación, no es menos gracioso que sean ahora esos mismos medios de comunicación los culpables de unas prácticas cuanto menos inmorales. En lenguaje periodístico es aquello de matar al mensajero. Porque si absurdo es generar noticias de informaciones para nada favorables, más lo es si esas noticias van acompañadas de querellas ante la información y no ante quien denuncia la práctica. Lo que se consigue, por ejemplo, con la actitud de Rita Barberá, es alimentar los rumores -cada vez más certezas- de que determinadas decisiones en algunos gobiernos sustentados por el Partido Popular se tomaban por el expreso deseo de Special Events, Pasadena o alguna que otra empresa tapadera.
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