martes, 26 de febrero de 2008

Reflexiones del debate


13 millones de personas asistimos ayer a un debate histórico. Escuchamos a dos políticos que representan dos maneras de ver España. Un político al que no le cabe su traje en su cuerpo, y esto es literal, como es Rajoy, frente a otro más espigado que opta por ir abotonado. El devenir del debate, aunque encorsetado, fue significativo para ver algunas cuestiones. Por ejemplo, en el bloque de política social, Zapatero optó por hacer un repaso a la política social. Para Rajoy parecía que la única política social era la de la inmigración. Tengo un buen amigo y también buen lector de este blog que se queja de la discriminación positiva que sufren muchos colectivos, evidentemente de manera necesaria. ¿Qué pensará la gente que piensa como él, cuando escuchara ayer hablar a Mariano Rajoy solo de inmigración? Volvía una y otra vez frente a Zapatero, que habló de inmigración cuando tocó.

Se habló hasta la saciedad de la telegenia. Un palabro como otro cualquiera, de esos que se exportan. Pues en telegenia no ganó ninguno, pero perdió uno. No ganó ninguno porque es materialmente imposible entre tanta tensión de flashes, tantos datos poder mantenerse "tal y como uno es". Eso sí, perdió clamorosamente el "sapo" Rajoy, que con sus ojos saltones era incapaz de cambiar su mirada y de ofrecer otros registros de imagen. Al menos en la segunda parte del debate logró meter en el tiro de cámara sus cuadros explicativos que en la primera parte se le quedaban todos fuera.

No voy a entrar a valorar mi opinión sobre el uso reprobable del terrorismo, tanto durante estos cuatro años como ayer. De todas formas, en alguien que en su momento acusó de traicionar a los muertos al Presidente del Gobierno, no sorprende escuchar de su boca la acusación de agredir a las víctimas del terrorismo, algo que dijo y que se reafirmó y que es una acusación muy grave.

Eché de menos, quizás por deformación profesional, mayor espacio para la cultura, aunque el candidato del PP quedó bien claro que los "untados" como él les llama no caben en su discurso y que además les insulta y lo va a seguir haciendo.

Y antes de llegar a lo que creo que es la perla final, y que ha pasado desapercibida, pediré a quienes lean esto que revisen los vídeos del debate y que vean cómo también Rajoy se equivoca al final de ficha cuando quiere sacar una de la evolución de los precios de la vivienda y saca la de la construcción de viviendas por comunidad autónoma.

Mi perla es la siguiente. En el bloque de los retos de futuro, el candidato del PP dijo que el principal reto para el futuro es la globalización. Señor Rajoy, la globalización es al mundo lo que los relojes de cuerda es al mundo de los relojes. La globalización ya está asumida y todos vivimos y bebemos de ella. Cogen tarde los trenes, como le pasó al PP en Extremadura con la Sociedad de la Información o como le pasó al primo de Rajoy con el cambio climático. Ahora resulta que el reto de futuro es la globalización. Lea el libro "El futuro ya no es lo que era", o el "Malestar de la globalización", o "Los amos de la globalización", o "No logo". Todos ellos fueron publicados casi al final del pasado siglo o a principios de este, del que ya llevamos una década. Ahora toca la sociedad del conocimiento. La que apuesta por las personas, por todas.

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