martes, 3 de junio de 2008

Anciana busca familia


Esto es lo que debe pensar la mujer que ha sido abandonada a su suerte, al menos con su maleta, en la puerta de una residencia asturiana. A muchos nos habrá venido a la cabeza la imagen de aquel perro tristón que en las vacaciones de verano, tras una clarificadora pregunta del tipo ¿y tú lo harías? alertaba de la posibilidad de abandonos de mascotas durante las vacaciones de verano. Ahora nos encontramos con un abandono de una persona que si bien puede tener ciertas intepretaciones legales es de todo punto reprobable, porque no hay nada más deplorable que mantener la convivencia y los lazos familiares y, a lo siniestro total, saber quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos.

Otra cuestión bien distinta, que saco a colación porque creo que el primer asunto no tiene mayor discusión, es que la anciana en cuestión hubiera elegido voluntariamente vivir en una residencia. Eso es otro cantar. Es más, es una industria emergente y es una opción de vida, que defendí hace tiempo a raíz de la lectura de un libro de La Caixa.

Pero volviendo a lo primero, ese definitivamente no es el camino. Se equivocan quienes lo practiquen. Recomiendo, por otra parte, porque además viene al caso la lectura del último post de Guillermo.

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