domingo, 10 de agosto de 2008

Las Mestas

Hemos vuelto de las Hurdes hace un par de días. Volvemos después de un año. Porque en las Hurdes hay una h de hospitalidad y de humanidad.Porque Extremadura tiene aquello que permite vivir y convivir, ese modelo de crecimiento imparable, esos lugares, como el meandro de Riomalo, con los que te encuentras, otros territorios cercanos y diferentes, como Las Batuecas. He cotejado las Hurdes de 1928 con la de ochenta años después. La visión de Ruth Matilde Anderson de entonces con la visión de un joven extremeño de ahora. La foto de la entonces factoría ahora se haría desde una completa hospedería. Hurdes y Las Mestas, donde todo termina, hasta el aire, oliendo a miel.




1 comentario:

Unknown dijo...

Precioso entorno. Disfrutalo