sábado, 7 de noviembre de 2009

Este es el Cáceres, y ¿esta su afición?



Anoche asistí a un espectáculo bochornoso. No en el campo, que también, sino en la grada. En el campo está meridianamente claro que vimos a un equipo descomponerse en los dos últimos cuartos. Es objetivo. Estará incluso grabado. Los jugadores lo saben. Sin embargo, poco a poco, vamos viendo detalles que dan pie a pensar que puliendo defectos, algunos peores que otros, se perderá la irregularidad.

No es normal que se gane de veintiséis a Breogán, en Lugo, frente a un equipo experimentado, con expectativas en la categoría y en un pabellón de ACB, y que se pierda de diecinueve contra Axarquía, en Cáceres, un equipo joven, sabedor que no puede ascender y teóricamente inferior a Cáceres. Es normal que se pierda con Zaragoza, al menos lógico. Aunque hasta ayer, por cierto, Zaragoza y Cáceres estábamos empatados a derrotas. Conjugo, por si alguien no le ha prestado atención, la primera persona del plural, el nosotros.

Si alguna lectura saco ayer de lo deportivo es que si el conjunto flojea, todo el equipo se viene abajo. En lo industrial, el referente sería una cadena de montaje; en lo religioso, hay una lectura de San Pablo a los Corintios que encaja; en lo cultural, la necesidad de mantener el mismo ritmo en un club de lectura... Extraigo, aunque no lo parezca, una lectura positiva. Demuestra las bondades y las miserias del trabajo en grupo, y también del deporte. Durante la primera parte, hubo complicidades que habría que rescatar, que demuestran que los jugadores y el cuerpo técnico se protegen entre ellos. Es positivo. Es un grupo. No hay estrellas ni individualidades. Desconozco, ni me interesa ni me importa, sinceramente, los pormenores del vestuario y las afinidades o desafectos entre unos u otros. Me quedo con la sensación positiva y negativa del equipo.

Podía hablar, subjetivamente, de que Ermolinski y Angulo tienen clase por encima del resto. Que el primero tiene en la cabeza jugadas y situaciones que casi ninguno de sus compañeros se imagina; el segundo día a día se exige y exige más. Me podría referir a que Álex González y Dedas están día a día mejor, lo que a Perico Sala y a Francis le complica su papel. El caso de Francis es especial. Anulándose él, bloquea también al entrenador. Francis no es un secundario, como Perico Sala. Fue el primer fichaje y está angustiado. Se le nota. Forcada y Guaita están demostrando una seriedad que no se les imaginaba a ninguno de los dos y si tienen que tirar del equipo, tiran. Holcomb está permanentemente acelerado, y eso al conjunto le pesa. Naymick con pivots fuertes se agarrota y tiene que demostrar más de lo que está haciendo. Quedan Fornas y Sanguino. Pueden hacerlo bien. Aunque al de Cáceres, Sanguino, le costará entrar mucho en las rotaciones. El catalán depende mucho de las primeras sensaciones que tenga cuando entra a pista.



Pero no quiero hablar de los jugadores. También podría hablar del cuerpo técnico, de los directivos, o de los trabajadores. A quienes aprecio y conozco en su mayoría. Mucho se reprocha del entrenador. No sé si por el nombre, por su carácter y porque da la cara más de la cuenta o porque simplemente es de Cáceres y no soportamos ver triunfar a nadie en nuestra ciudad sin crucificarle. También mucho se criticó la semana pasada a algunos directivos por su supuesta actitud en el palco. Esos señores y señoras se están dejando, en plena crisis, no solo su tiempo y su salud en el proyecto, sino su dinero. Si tenemos el club que tenemos no es solo por las ayudas públicas, que también, sino porque las instituciones han visto un proyecto serio, con rostro humano perfectamente identificable. No son Florentinos ni Enriques Cerezos. Son Eduardo, Pedro, Pilar o Abelardo. Son Pepe o Jordi. Y los que me quedo que no nombro. Son personas amantes del baloncesto y de la ciudad a quienes si algo les une es que no soportan que nadie se ría de este proyecto y lo descalifique, como hicieron los árbitros la semana pasada.

Hoy quiero hablar de la afición. De las gargantas que anoche gritaron contra su equipo. De las personas que no entienden que su actitud hizo que perdiéramos de diecinueve. Es inconcebible que tres cuartas partes del pabellón se contagien de ruido y de furia y se alíen solo para torpedear al equipo. Es cierto que la ventaja que llevábamos había sido dilapidada. Pero precisamente por eso hay que apoyar más. Y al final del partido, ya habrá tiempo para los pitos. En momentos difíciles, cuando más se necesita, ahí están los nuestros para ponernos la zancadilla. Eso debían pensar nuestros jugadores. Estupefactos, porque en Breogán, donde ganamos de veintiséis, su público no dejó de animar a su equipo en ningún momento. Llevamos solo siete partidos. Quedan veintisiete si no me fallan las cuentas. De eso más de una decena larga, en casa. ¿Esta va a ser la actitud a partir de ahora? Salvo catástrofe, que no la habrá, el entrenador, el cuerpo técnico y la directiva, seguirán siendo los mismos. Con actitudes como las de ayer, provocamos que el equipo se sienta más agusto jugando fuera que en casa. Salvo excepciones, como la nueva peña creada, el pabellón o enmudeció o se lanzó a descargar la ira contenida durante la semana contra su equipo. Pienso en la cantidad de padres que podía haber allí abroncando. Pienso en los que insultaron a los jugadores, a la directva o al entrenador. No quiero pensar en la educación que le dan a sus hijos o hijas cuando suspenden alguna. Porque seguramente acierte. Son de los que provocan que lleguen a final de curso con muchas más suspensas. Porque todos los que ayer pitaron desde el final del tercer cuarto cometieron una injusticia innombrable.

El Cáceres busca afición. Pero me da que la cosa anda complicada

3 comentarios:

M23 dijo...

Nadie recuerda que aquí estuvimos sin baloncesto y mucho menos quien lo rescató.Nadie piensa en lo que hay más allá delpartido, del esfuerzo de muchos para que los demás lo disfruten. Siempre nos hemos sentido orgullosos de ser la mejor afición de España ¿ahora quien cree eso?.

Genial tu entrada, objetiva y calmada, como tiene que ser la actitud de la afición.

Anónimo dijo...

Solo animaba la gente de la peña.Y te lo digo porque yo estaba ahi.Lo que no puede ser esque una persona que se sienta detras del banquillo del Cáceres se pueda pasar toda la primera partedel partido animando y la otra mitad cagándose en todos los jugadores.Que un poco mas y s mete en la cancha.CÁCERES 2016!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

No te preguntes que puede hacer Cáceres por tí, preguntate que puedes tú hacer por Cáceres. Y Hagamoslo, coño. Lo nuestro es lo mejor, y luego lo demás. Estoy pleno de auto-estima. Gracias Paco. Un abuelo con nietos en Caleros y en la Plaza A. Canales.