martes, 10 de enero de 2006

Fuera complejos

Recuerdo que hace años escribí un artículo en el Hoy que se llamó Soy Extremeño. Un título así tiene gran vigencia hoy día. Pero el título requiere una explicación, no vaya a pensarse que se reclama la actualidad nada más que por reproducir guerras nacionalistas, tan de rabiosa actualidad. No se trata de eso: se trata de defender y de estar orgullosos y sobre todo de no caer en el derrotismo tacaño de siempre. Ése victimismo interesado es el que impide, muchas veces, asumir proyectos conjuntos. Porque muchos siguen acomplejados y otros, o los mismos, quién sabe, ven cómo se pierde su siempre ventajista estatus de terrateniente. Por eso, y por muchas cosas, hemos de reivindicar lo nuestro.

El Extremeño no tiene playa, pero nada que envidiar a Monfragüe, la plaza chica de Zafra o Guadalupe

El Extremeño no tiene la Biblioteca Nacional, pero todos sus pueblos tienen biblioteca o agencia de lectura

El Extremeño no tiene lengua propia, pero enriquece día a día el español como lengua materna

El Extremeño nunca tuvo un Bill Gates que monopolizara el mundo, pero ahora tiene Linex que planta cara, cual aldea gala, a los monopolios

El Extremeño no llegó a la revolución industrial, pero intenta sobreponerse gracias a la revolución tecnológica

El Extremeño fue el estereotipo de santo y de inocente. Ahora es la comunidad autónoma española con mayor índice de emprendedores de España

El Extremeño no tiene que viajar a Italia para ver conjuntos arquitectónicos ejemplarmente conservados. Basta con viajar a la ciudad antigua de Cáceres o a Mérida

El Extremeño contará con la mejor colección privada de arte contemporáneo en Cáceres, gracias a la galerista Helga de Alvear

El Extremeño que quiera saber su historia a través de los libros pudo visitar la exposición Extremadura en sus páginas: del Papel a la Web en el Meiac o en el Centro San Jorge

El Extremeño no tiene a Guijuelo. De la Sierra de Jerez salen la mayor parte de los guijuelos, que son extremeños

El Extremeño no tiene el Arco de Tito, tiene el Arco de Cáparra

El Extremeño no tiene la M30, tiene la Vía de la Plata, que merece la pena recorrer y descubrir en su riqueza patrimonial

El Extremeño no tiene a Bernardo Atxaga, Matilde Asensi o Pérez Reverte. Tiene a Jesús Sánchez Adalid, Isaac Rosa o Javier Cercas

El Extremeño no tiene a Pau Gasol, tiene a José Manuel Calderón

Ahora sí que me siento un poco más orgulloso de ser extremeño

1 comentario:

José Manuel Díez dijo...

Excelente comentario Kurdete. Me alegra, además, que hagas referencia a la Plaza Chica de mi pueblo...