Fuera complejos
Recuerdo que hace años escribí un artículo en el Hoy que se llamó Soy Extremeño. Un título así tiene gran vigencia hoy día. Pero el título requiere una explicación, no vaya a pensarse que se reclama la actualidad nada más que por reproducir guerras nacionalistas, tan de rabiosa actualidad. No se trata de eso: se trata de defender y de estar orgullosos y sobre todo de no caer en el derrotismo tacaño de siempre. Ése victimismo interesado es el que impide, muchas veces, asumir proyectos conjuntos. Porque muchos siguen acomplejados y otros, o los mismos, quién sabe, ven cómo se pierde su siempre ventajista estatus de terrateniente. Por eso, y por muchas cosas, hemos de reivindicar lo nuestro.
El Extremeño no tiene playa, pero nada que envidiar a Monfragüe, la plaza chica de Zafra o Guadalupe
El Extremeño no tiene la Biblioteca Nacional, pero todos sus pueblos tienen biblioteca o agencia de lectura
El Extremeño no tiene lengua propia, pero enriquece día a día el español como lengua materna
El Extremeño nunca tuvo un Bill Gates que monopolizara el mundo, pero ahora tiene Linex que planta cara, cual aldea gala, a los monopolios
El Extremeño no llegó a la revolución industrial, pero intenta sobreponerse gracias a la revolución tecnológica
El Extremeño fue el estereotipo de santo y de inocente. Ahora es la comunidad autónoma española con mayor índice de emprendedores de España
El Extremeño no tiene que viajar a Italia para ver conjuntos arquitectónicos ejemplarmente conservados. Basta con viajar a la ciudad antigua de Cáceres o a Mérida
El Extremeño contará con la mejor colección privada de arte contemporáneo en Cáceres, gracias a la galerista Helga de Alvear
El Extremeño que quiera saber su historia a través de los libros pudo visitar la exposición Extremadura en sus páginas: del Papel a la Web en el Meiac o en el Centro San Jorge
El Extremeño no tiene a Guijuelo. De la Sierra de Jerez salen la mayor parte de los guijuelos, que son extremeños
El Extremeño no tiene el Arco de Tito, tiene el Arco de Cáparra
El Extremeño no tiene la M30, tiene la Vía de la Plata, que merece la pena recorrer y descubrir en su riqueza patrimonial
El Extremeño no tiene a Bernardo Atxaga, Matilde Asensi o Pérez Reverte. Tiene a Jesús Sánchez Adalid, Isaac Rosa o Javier Cercas
El Extremeño no tiene a Pau Gasol, tiene a José Manuel Calderón
Ahora sí que me siento un poco más orgulloso de ser extremeño
1 comentario:
Excelente comentario Kurdete. Me alegra, además, que hagas referencia a la Plaza Chica de mi pueblo...
Publicar un comentario