jueves, 18 de septiembre de 2008

Análisis de Celdrán


Ayer Celdrán sacaba pecho sobre su apuesta para el Congreso Regional del PP. Apostaba por una mujer. Hoy agradece a Dios que pueda ser Monago el perfecto candidato. Anteayer, es un decir, ponía el grito en el cielo por el pluriempleo de Monago. Siempre procura buscar en el cuerpo a cuerpo, con su desfachatez, el órdago a la hora de coaccionar al aparato del PP. Si alguien manda, desde luego ese es Celdrán. Hoy ha dejado la perla de bendecir a Dios por la probable designación de Monago. Y además, afirma que contará con su voto "y con el de su esposa", toda una declaración de principios en pro de la familia tradicional y de la sumisión de la libre participación de la mujer en política o donde sea. Pero claro, cómo no va a hablar por boca de su mujer, si es gracias a su mujer, y a la venta de unas huertas, por lo que tienen algo que llevarse a la boca. Ya solo falta que diga que no llega a fin de mes, o que vuelva a irse de su propio pleno o que grite, se queje desproporcionadamente o cualquier otra cosa. Pero que no se nos olvide... él manda en el Pepé, y según se ve también en su mujer

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