miércoles, 3 de septiembre de 2008

Incendios



En otra cosa más, Descargamaría me marcó en esto. Después de vivir de cerca el incendio de 1998 y conocer la crudeza del del 91, me tocó sufrir, ya en otras situaciones, los del 2003 y posteriores de Valencia de Alcántara o Pinofranqueado. He visto a muchas personas sufrir por la superficie quemada, porque el que quemaba lo hacía por rencor o por insospechadas causas, ver cómo alcaldes sufrían por el trabajo y la impotencia de todo un pueblo, ver cómo alguno palidecía porque sus vecinos no compartían la suspensión de las fiestas mientras que los ultraligeros sobrevolaban aquello, incluso a directores de cine como Montxo Armendáriz, que se encontró de sopetón con el incendio en Hoyos mientras rodaba su Escenario Móvil.

He visto de cerca las caras de cansancio y de extenuación de cuerpos de élite de extinción de incendios; he visto y he discutido con responsables de estos temas porque cuando a uno le afectan de cerca las cosas pelea con quien haga falta.

Pero este año veo que pese a los años donde los meses de agosto había tensión, este ha habido, en nuestra región tranquilidad. No ha habido, toquemos madera, ningún gran incendio, aquellos que se califican así por ser de más de 500 hectáreas. La masa arbórea se sigue regenerando en Villuercas, en Hurdes o en Gata, nuestros pulmones de la provincia y de la región. Los pinos terminan dando paso a plantones autóctonos que tardarán más en crecer pero que serán un consistente proyecto de futuro.

Podemos respirar tranquilos, y dar gracias porque este año a nadie se le ha ido de las manos su cabeza. Aunque, de momento, y hasta octubre, toque ser cautos y precavidos. Las mechas, las cabezas y las idas de pinza son incontrolables. Enhorabuena de momento a los programas de prevención y extinción de incendios. Buen trabajo y continuad así

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