Hacia la normalidad política en Extremadura...crisis mediante
Camino de la mitad de la legislatura, en la que estaremos en un suspiro, podemos plantearnos que hemos prácticamente culminado aquel proceso que se inició con el anuncio de no presentarse a la reelección de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y con la celebración posterior de las elecciones autonómicas que llevó aparejada la elección de Guillermo Fernández Vara como presidente regional. Entre medias, y hasta ahora, ha habido multitud de elementos que han salido del anterior rompecabezas político y que tras una conveniente adaptación han normalizado la situación política.
Con la salvedad, que no es baladí, de que todo lo que puede considerarse en el terreno de lo político, sucede en un momento en que no se responde al cumplimiento o reivindicación de programas electorales o prioridades y anuncios de campaña, sino que tanto para el gobierno, la oposición y partidos políticos sin representación parlamentaria, todo gira en torno a la crisis.
Pese a todo, más allá de esta excepcionalidad, podemos hablar de que llegando al ecuador de legislatura, esta parece que se ha estabilizado y tras los importantes cambios que se han llevado, se logra configurar una nueva clase política dirigente en nuestra región, y con ella nuevos estilos de hacer política, a lo que se añade una sociedad diferente, que configurará este período de la historia democrática regional.
El principal partido político de Extremadura, el PSOE, ya ha sustituido internamente a su principal figura de estos veinticinco años. Guillermo Fernández Vara es el nuevo secretario regional y Juan Carlos Rodríguez Ibarra ya no acapara titulares tras cada acto público que protagoniza. Eso es muy importante, tanto para asentar la figura del actual presidente regional y secretario general del PSOE como para focalizar en la sociedad la atención en el que ya es el referente para los socialistas de Extremadura. Señas de identidad propias pueden ser la de apostar por una reunión de presidentes autonómicos sin el presidente Zapatero, el Consejo de Coordinación Regional, la fluidez en el contacto con las Juventudes Socialistas, el patrocinio ejercido a través de Marca Extremadura a los clubes de élite, el impulso para la creación de un código de buenas prácticas o la presencia permanente en la Asamblea de Extremadura.
Incluso en una institución como la mencionada, la Asamblea -la segunda en relevancia de la comunidad- la figura del presidente desde la legislatura que nos ocupa, Ramón Ferreira, ha dado un nuevo impulso a la institución tan necesaria para el debate y los acuerdos políticos. La celebración de eventos como el 25 aniversario del Estatuto, el proceso de renovación de este, la Comisión para la fusión de las Cajas, la nueva Comisión de Asuntos Europeos y el impulso que día a día se da a la Cámara regional por parte de los partidos representados en ella así lo atestiguan.
Por su parte, el principal partido de la oposición, el PP, ya tiene un equipo de trabajo configurado tras los congresos pertinentes, y aunque les queda finalizar la renovación de juntas locales, el equipo de José Antonio Monago, en período de rodaje, iniciará su trabajo tras el inicio del nuevo período de sesiones. Incluso tras situar su blog a la deriva, queriendo copiar en estilo al único presidente autonómico con blog en activo, el presidente regional del PP ha vuelto a su estilo original de blog: fotos en sepia, un color que sigue sin invitar al optimismo, algo tradicional ya en la confianza que se deposita en el PP de Extremadura. Eso, sin entrar en el sorprendente cambio de postura para volver de nuevo al campo de juego de apoyo a la refinería o sin entrar a destacar la curiosa habilidad para solapar su agenda con la del presidente Vara.
Otros dos partidos políticos como Extremadura Unida e Izquierda Unida también han cambiado a sus primeros espadas. Tan importante es este momento, y tan diferente, que hasta el mismo Pedro Cañada, que ya peinaba canas en la preautonomía, se ha echado a un lado. No ha sucedido esto con el quinto partido en liza, el PREX-CREx, ya que es el único que mantiene al mismo dirigente regional que tenía antes de la celebración de los comicios autonómicos. Una anormalidad, comparando lo sucedido con los otros partidos, que puede ser o no casual.
Empieza, por tanto, en este año, un período político diferente. Quedan algunas reminiscencias por parte de todos que seguro que irán corrigiéndose con el paso tel tiempo. Sin embargo, todos esos gestos, y en política los símbolos son importantes, todos esos cambios esas nuevas caras, evidencian que un nuevo tiempo político ha llegado. Y de verdad que se espera, y más en estos tiempos, que todos estén a la altura. Sobre todo sabiendo reconocer el papel que les ha tocado jugar a unos y otros como dirigentes según los espacios y representatividad de cada cual. Desde el respeto, el debate parlamentario, las propuestas y las críticas constructivas. Para que siempre tengan presente que en política no todo vale
Show must go on
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