Valoraciones políticas varias: Euskadi, Galicia y PP de Cáceres
Repasando mis posts anteriores, me doy cuenta de que no he escrito ni sobre los resultados en Galicia y Euskadi ni sobre el cambio de dirección del PP en Cáceres. Allá vamos, pues.
1. Galicia
El Partido Socialista de Galicia debe hacer autocrítica, independientemente de que en aquel juego siempre conocido y bien reflexionado en sus memorias por Almunia -que le tocó sufrir un tiempo en la travesía del desierto del PSOE- parezca que nadie ha perdido en unos comicios electorales. Pero es inapelable el resultado, máxime cuando lleva aparejado un cambio de gobierno y cuando el ganador lo hace con mayoría absoluta. El Partido Popular, en medio de esta grave crisis, no debe dormirse en los laureles y ejemplos como el del Citroen de Núñez Feijoo auguran una legislatura complicada en Galicia. La dirección del BNG, por su parte, ha hecho tarde lo que hizo Touriño cuando tenía que hacerlo: dimitir. Algo no se ha hecho bien cuando hay un vuelco en el electorado tras una sola legislatura y esto viene refrendado, además, por un aumento de la participación.
2. Euskadi
El País Vasco debe ser considerado como un espacio singular en el terreno de las mayorías, acuerdos y debates políticos. Los partidos nacionales, el PP y el PSOE, deben ser capaces de no influenciar en las decisiones, en las expectativas y en los deseos de la sociedad vasca. Caer, sobre todo por parte del PP, en exigencias inasumibles y en mezclar el escenario político español con el vasco, puede ser fatídico para lo que hoy por hoy necesita la sociedad vasca. El PNV, por su parte, está camino de vivir una crisis profunda. Por la que todos los partidos pasan cuando pierden el poder tras tantos años ejerciéndolo. El resto de fuerzas políticas debe ser leal al proyecto que se construya. Y para generar lealtad debe estar Patxi López, el futuro lehendakari vasco que debería ser el coreográfo de una sociedad en paz.
3. PP de Cáceres
El escenario diseñado aparentemente por Monago ha configurado, aparentemente, una balsa de aceite con José Antonio Villa. En lo personal, apariencias de moderación, mesura y cordura. En lo colectivo, renovación aparentemente y nuevas caras, en principio casi de inmediato en la portavocía municipal y en el núcleo duro de la Junta Local. Llaman poderosamente la atención algunos silencios. Quizás porque callándose algunos saben que sobrevivirán en política, como muchos otros, en escaños de la oposición regional como diputados. También llama poderosamente la atención el ridículo porcentaje de votantes que acudió a la cita. Esperemos, no obstante, que haya avances en el entendimiento y desbloqueo de algunos temas de interés para la ciudad con la nueva dirección popular.
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