Tras la nevada, aguas revueltas en el PP
Parece que en Cáceres las aguas bajan revueltas en el Partido Popular. Tan cerca, pero tan lejos, queda ya la fotografía en la que Elena Nevado comparecía sonriente junto a Carmen Heras tras haber pactado los proyectos del Plan E para 2010. No ha sentado bien a los suyos que el PP practique lo que debería ser normal en política: pactos, consensos y acuerdos. Es cierto que el PSOE gobierna y requiere de los acuerdos del PP casi inexorablemente pero parece que las formas de hacerlo no han caído bien en determinados sectores de un partido político que hace meses cerró, y ahora parece que en falso, una minicrisis con el debate del portavoz por medio. Sustituido Castellanos, diluido en el salón de plenos cual azucarillo, ni está ni se le espera. Esa tardía vocación docente universitaria parece la culpable. Ya veremos si en la siguiente legislatura seguimos con esa vocación o la cambiamos por alguna otra.
Cerrar en falso un debate que afecta a personas expuestas tan abiertamente al juicio ciudadano es peligroso. Quizás en su momento no parecía tan complicado, pero el haber puesto un nombre encima de la mesa como candidato, que además tiene peso político e institucional, como es el caso de Lau León, parece que ha reabierto un nuevo cisma en una legislatura convulsa como pocas y difícil de equilibrar como casi ninguna.
Queda el PP, por tanto, en una difícil posición. Les convendría, cuanto antes, definir su candidato. Posiblemente no lo hagan, pero corren el riesgo de que se vaya soltando lastre a medida que las prisas y ambiciones o frustraciones personales de cada uno vayan aflorando. La mecha puede volver a prender. Y me da que no va a tardar mucho
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