sábado, 30 de julio de 2011

Censuras, presiones y renuncias de libro

Poco ha tardado el gobierno de Monago en tener trascedencia nacional a cuenta de una cada vez más demostrable censura de quien no tiene reparos en levantar el teléfono. Problemas: que el cortijo no es de uno, que en verano no hay noticias y que a quien llamas tiene 1.230.000 registro en Google cuando por mucho curriculum que una tenga no llega a 35.000 registros.

Dicho todo esto de la forma más objetiva, creo que quien pierde de forma inmediata y a medio plazo es el Festival de Mérida.

No creo que pierda Blanca Portillo, ni tampoco Chusa Martín. Al contrario, salen reforzadas con el lógico arrope de sus compañeros de profesión, allegados y arrimados.

Mi duda es si quien descuelga el teléfono para pedir que retiren la fotografía, indudablemente presionada a su vez por el actual presidente regional, soportará la presión de verse en el disparadero como una censora y una coartadora de la libertad. Porque eso no le gusta a nadie, y más si se ha hecho a regañadientes. Porque más allá de la ocupación temporal de un cargo, uno llega al mismo con un poso de trabajo y de experiencia, muy demostrable detrás, como es el caso de la Consejera de Cultura regional. Y a nadie del mundo de la cultura le gusta que refuten o que retiren por presiones sus tesis.

Primer pulso echado, pues. ¿Primera baja? ¿Aguantará el chaparrón?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

amigo, confundes la velocidad con el tozino.
una cosa es la censura y otra la provicacion, la soez y el mal gusto.
en vez de ir crucifijo podía haber puesto una foto de mahoma o una foto de algun homosexual, seguro que vosotros los progresistas lo aplaudiriais con las orejas.

Chely dijo...

Como siempre, viva la valentia de los cobardes anonimos!!!

Chely dijo...

Por cierto que es el tozino? te referiras al TOCINO de toda la vida...