No nos representan, de Pilar Velasco
Leerse un libro bien estructurado sobre el 15M es tener la oportunidad de confrontar tus pensamientos y tu ideología con lo que se sigue diciendo no ya en asambleas de indignados, sino en muchas casas, en muchos lugares de nuestro país y más allá de nuestras fronteras.
Este de Pilar Velasco es un libro bien estructurado. Sobre todo porque me consta que ha estado con el 15M al pie del cañón desde el inicio, porque las crónicas las ha ido enviando a pie de calle y porque su rol de periodista con el de joven sobradamente cabreado, acudiendo al título de su otro libro, se han complementado a la perfección.
Como hago con casi todos los libros que me dejan un poso, apunto notas y las guardo. En este caso, como es de esos libros, lo he hecho. He anotado reflexiones compartidas, pero también cuestiones con las que no estoy de acuerdo. Además, he punteado otras que si bien me parecen muy razonables son de temas de los que sinceramente no entiendo mucho, como el de los alimentos transgénicos.
Hay un apartado que creo que debería haber tenido más eco, no sé si en el libro o si en el propio 15M, que es el de la cultura, pues apenas hay un guiño al permanente anhelo de la cultura para todos, traducido aquí a que la cultura llegue a todos los barrios y las plazas. Como cuña publicitaria, si se me permite, dejo este enlace, como muestra de que algunas de las reivindicaciones que se hacen se empiezan a asumir por parte de quien realmente cree en la participación ciudadana y en la democratización de la vida. Caso, por ejemplo, de la revisión del tipo de Agencia de Calificación o del impuesto a las transacciones financieras o a la banca.
Dentro de las reivindicaciones, solo voy a terminar aludiendo a una, a la de que nos encaminamos a una nueva Asamblea Constituyente, con todo lo que la radicalidad del término conlleva y con todo lo que de ilusión representa. Porque sea como sea esa nueva Asamblea Constituyente, sí que es cierto que poco a poco se están dando pasos en todos los sentidos que permiten vislumbrar un cambio de estilo, por parte de muchos, para que veamos las cosas de otra forma.
Porque para sentirnos parte de algo, debemos tener interiorizado que conseguimos logros reconocibles para todos. A buena parte de españoles no nos tocó votar la Constitución, pero nos está tocando modernizar, por acción, por omisión, desde la barrera, desde la barra de un bar o desde las barricadas de este tiempo, nuestro día a día.
Hace tiempo escribí que la izquierda debe buscar ese nuevo proletariado, entenderlo, comprenderlo y buscar complicidad, porque ya no es aquel de la primigenia revolución industrial. Creo que ya no hace falta: ese nuevo proletariado, organizado a través de la red, ha salido a la calle hace meses porque estaba cansado de que nadie fuera a buscarlo.
2 comentarios:
"La izquierda debe buscar un nuevo proletariado"; duras declaraciones, eso significa que lo que tu llamas izquierda no es proletariado, no? Hubiera sida mas explicito haber dicho que el partido cual o pascual debe buscar nuevos caladeros de voto, pero desligar la izquierda del proletariado me suena raro, en fin, matizaciones. Déjate caer por Plasencia, no?
Me refiero a que un partido de izquierda como el PSOE debe renovar tanto su militancia, como sus simpatizantes y sobre todo los afectos con los votantes. No podemos quedarnos en la palabra obrero o en su antecedente de clase proletario sin adaptarnos a los tiempos. Y los nuevos proletarios, los nuevos obreros, son los curritos, muchos sin curro, del 15M, entre muchos otros. No lo veo en clave caladero de voto porque creo que es una expresión demasiado pragmática y fría, sino en clave militancia, simpatía y afecto con los votantes.
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