sábado, 20 de septiembre de 2008

De Álvaro a Luis, sigue la Editora Regional


La Editora Regional es de aquellos organismos de la Junta de Extremadura que los identificamos más como un organismo vivo que como una propia institución con su personal, su burocracia, sus horarios o sus procedimientos. Será que cuando se ven resultados de cerca, o cuando se hace política tan directamente con personas, o cuando lo que es el leitmotiv es la creatividad y el crecimiento personal de los interesados lo vemos más cercano y lo tomamos como más nuestro. Quizás por eso seamos más vulnerables o mostremos más debilidad ante determinadas decisiones políticas en unos ámbitos que en otros.

Porque hablar de Álvaro Valverde en la Editora Regional no es hablar únicamente de un poeta metido a hacer política. Igual que no lo fue el caso de Fernando Pérez en la misma medida. Probablemente las decisiones que un director general, un alcalde, un concejal o un consejero tomen, sea del partido que sean, en el ámbito que sea, tengan más trascedencia, más importancia y más dificultad.

En un organismo como la Editora, el cometido es mucho más sencillo, aparentemente y los resultados tangibles son libros, incardinados en la diversidad de las colecciones de la editora, pero libros a fin de cuentas. Y no es fácil hablar de libros, tratar con libros o trabajar con libros... sobre todo si tenemos en cuenta que la responsabilidad última sobre quien recae esta política es de un partido que cree en la cultura y que muestra casi a diario esa sensibilidad. Por eso fue un lujo tener a Fernando en la Editora, igual que lo ha sido tener a Álvaro y que lo será a partir de ahora mismo con Luis Sáez.

Podrán existir decisiones, artistas o programas culturales - o del ámbito que sea - que podamos cuestionar. La cultura o cualquier ámbito de gestión de un país, de una comunidad autónoma o de un ayuntamiento se prestan a diferentes maneras de gestionarla y a diferentes prioridades en función de sus responsables.

Pero cuando hablamos de políticas tan específicas como la de la edición en una comunidad como Extremadura, creo que es un acierto no experimentar con las personas que están al frente de ellae ir sobre seguro. Por eso creo que ha sido muy de agradecer y muy positivo el período de Álvaro al frente de la Editora. Y por eso no tengo ninguna duda de que Luis Sáez también tiene esa sensibilidad por contar con un producto final exquisito y de calidad.

Ambos han trabajado, me consta, codo con codo muy seriamente, desde el compromiso. Ahora que sus caminos se separan en el día a día, no me cabe ninguna duda de que seguirán pensando y comprometidos con nuestra cultura. Agradecidos debemos estar a Álvaro con su gestión y bienvenido de nuevo a la enseñanza, donde sus niños y niñas aprenderán con lujo y aprenderá, a buen seguro, mucho de ellos. Esperanzados debemos estar con Luis, porque la Editora queda en buenas manos, las de una persona que, como Álvaro, también estuvo frente al Plan de Fomento de la Lectura, que ha estado muy atento a eventos como los Premios a la Creación, el Observatorio o el Congreso Nacional de Lectura.

Enhorabuena a ambos. Seguid aportando todo lo que podáis

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