viernes, 12 de septiembre de 2008

Pulsos

El que echa Mijatovic a su entrenador asegurado que no habrá más fichajes en una plantilla claramente corta para afrontar todas las competiciones. Jerarquía en las parcelas de poder frente a la necesidad acuciante de quien se juega los cuartos en el campo. Las declaraciones infumables de Clemente deseando la muerte a un periodista. Ruptura inadmisible de la ética y de las relaciones o posibles fricciones que pueden surgir entre dos profesiones que tensionan, y con Clemente de por medio, más. El que lanza a modo de órdago la que se siente vicepresidenta americana in pectore, amenazando con atacar Rusia si vuelve a invadir Georgia. Los intereses electorales por fortalecer una sociedad que vota a golpe de botas y de balas frente al establecimiento de una tranquilidad y una convivencia deseable a nivel internacional. El que el portavoz de la oposición en mi ciudad dirime con la alcaldesa intentando, a la vez que buscan un pacto, lograr los mayores réditos personales y dar permanentemente la vuelta a la tortilla. Unos intereses de la ciudad que se pervierten en la medida en que algunas piezas del puzzle no salen a la luz como debieran salir.

Todos estos son ejemplos de lo que diariamente, al igual que ayer con los intereses, sucede. No existe respeto por las normas sociales en muchos aspectos. En otros, los ejemplos que debieran establecerse quedan en agua de borrajas. Hay veces que hay que dar puños encima de la mesa para cortar esos pulsos que algunos echan para demostrar su poder, o simplemente, porque les pone aparentar fuerza que aparentemente tienen. A algunos les queda llamar a su primo de zumosol.

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