domingo, 14 de mayo de 2006

La Vecchia Signora


Pese a haber estado en Italia un par de veces, nunca he ido a Turín. Confieso, no obstante, mi admiración por la Juventus. No tanto por el fútbol que practican, casi siempre del raquítico estilo italiano, sin llegar al catenaccio soporífero, sino por lo que rodea a un club con solera dentro de un país admirable por su historia, como puede ser Italia. Quizás sea fetichismo, porque dentro de mi colección de camisetas de fútbol (algo parada por cierto desde hace años) la primera fue de la Juve hace ya más de una década.

Pero sí que por la Juventus siempre he tenido un respeto especial dentro del fútbol europeo. Por eso no puedo creerme que por la desfachatez de algunos Turín se quede sin su gran equipo (el Torino en el que jugó Martín Vázquez con aquella camiseta patrocinada por Indesit no despegará nunca) como pudo suceder hace años en España con el Celta o con el Sevilla. Si éste último hubiera sufrido el golpe por la ineptitud de sus puntuales dirigentes, no nos hubiera dado la alegría en su centenario de ganar la UEFA.

Animo, pues a la Juve y dureza a la justicia ordinaria para que los "supuestos" (otra vez esa palabra) estafadores Moggi, Buffon y cía paguen con creces lo que no se merecen instituciones que deben estar por encima de las personas que a veces confundieron, y día a día se confunde más, el deporte con un burdo negocio. En definitiva, lo que yo llamo globalización del fútbol: el mercado primero y luego, por si acaso, el cuero, metonimia tópica del reglamentario balón u homologado esférico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Really amazing! Useful information. All the best.
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