martes, 26 de diciembre de 2006

Educación vial, educación moral

Hace unos días fallecieron cuatro jóvenes extremeños. La alta velocidad hizo que se precipitaran a un canal de regadío en Guadiana (me niego a ponerle el apellido). La hora y la causa (a las siete y media de la mañana venían de marcha de Badajoz) así como las edades (ninguno superaba los veinte años) ya son hechos que hablan por sí solos como para que nos metamos en disputas de índole partidista, que es lo que ha sucedido.

Primero, creo que nadie debe, como ha hecho una organización juvenil política, la de siempre, aprovecharse de esto para buscar rentabilidad y para que se use como arma arrojadiza (unos días después de que hayan solicitado un pacto juvenil para aumentar la dignificación política).

Después porque no creo que ante tamaña salida de pata de banco nadie deba seguirle el juego. De lo que se trata es de que no vuelva a pasar. Muchas son las campañas que desde la Dirección General de Tráfico se están poniendo en marcha; a nivel regional existen iniciativas que promovidas por la administración regional coordina Cruz Roja; a nivel local cada ayuntamiento hace lo que puede. ¿Que se puede hacer más? De acuerdo. Pero también podemos hacer más porque se acabe el hambre en el mundo y más en estas fechas y no por ello estamos siendo unos demagogos.

Lo que me queda a mí es qué habrán pensado las familias y los amigos de los fallecidos cuando se hayan encontrado con estas disputas, con estas puñaladas, con estos hachazos, que afortunadamente no han tenido mucha cobertura mediática, a costa de un drama que lo que nos debería importar a todos es que no se vuelva a repetir.

Descansen en paz

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