La katarsis del tomatazo

Recupero el blog desde unos días de descanso casi obligado por las cosas entre manos. Lo inicio con el recuerdo de uno de los mejores montajes de los últimos años que he visto en el teatro. No por ver a ninguna figura de campanillas, ni por estar en ningún espacio escénico espectacular. La entrada, por una cochera, no era ni mucho menos acogedora. Fue el gustazo de ver a cerca de 50 chavales en escena, con su ilusión, sus ganas y su buen hacer, fue la alegría de ver que una escuela como la de Cristina Rota tiene sus frutos y cómo entregados, el público era despedido entre aplausos de los actores. La verdad es que fallos hubo pocos y si los hubo fueron disimulados, justificados y entendidos. No es que entráramos en c(k)atarsis, pero casi. Me queda por saber si el montaje va cambiando semanalmente. Es una buena excusa para seguir tirando tomates.