Campaña de Verano Extremadura '08
Nos hemos metido una dinámica en la que la política ha olvidado la calle en buena medida y, si acaso existiera la relación en algún momento, que la hay afortunadamente, esta termina acogotada por los medios de comunicación que, por cuestiones de oportunidad y de comodidad asumen más importante declaraciones efectuadas en sede parlamentaria que la propia realidad o el propio pensamiento de los jóvenes y de los niños.
Buena parte de responsabilidad de lo segundo lo tienen los propios jóvenes que poco a poco pierden un espíritu reivindicativo que debería ser constante y asumen inconscientemente la eventualidad de este, sin pararse a pensar que herramientas sumadas como este humilde blog, a las de cientos o miles de jóvenes, es una herramienta de diálogo, de debate y de exposición de ideas masiva en nuestra sociedad 2.0
Por eso no es extraño que ante la duda dejada encima de la mesa sobre actividades programadas desde el gobierno regional en la tradicional campaña de verano, no se plantee necesario preguntar a los propios jóvenes qué opinan de esas actividades.
Pese a lo que piensen quienes hacen política de juventud en despachos y enfrente de televisiones, rodeado de jóvenes cronológicos que no de pensamiento, abarcar todo lo que se hace en política de juventud en una comunidad autónoma avanzada como Extremadura es poco, por lo que nada sobra.
Por eso, centrándome en la campaña de verano que ha programado la Junta de Extremadura, diré que olé por las actividades, que mantienen la línea continuista y diversificada de la que se quiso dotar hace al menos siete años. Existe una oferta tan diversa como diversos son los jóvenes, desde campamentos y campos de trabajo tradicionales a otros especializados y enfocados a una relación mayor según inquietudes culturales, artísticas o sociales. Todas las propuestas que se hagan a partir de ahí, que puedan combinar el tiempo libre con la educación en valores sin caer en el hastío en el estío serán, seguro, bien recibidas por los responsables en la materia.
Y ni qué decir tiene que determinadas actividades se programan porque la ideología del gobierno de turno así quiere impregnar de la impronta que sea a los participantes que libremente participan. A actividades como el campo de trabajo de la memoria histórica o el del circo nadie se apunta obligado, son actividades internacionales y todo el que va sabe a lo que va. Enjuiciar por ejemplo la idoneidad del campo de trabajo de circo me parece cuanto menos gracioso, una sonrisa sí que se te queda. Será, quizás, porque quienes lo critican ni quieren reír ni saben hacerlo. Y a ellos yo les digo, como los payasos sin fronteras: "Señora Unesco, la risa patrimonio de la Humanidad"
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