Dos generaciones, ¿dos ascensos?

Según la información que los diarios de La Rioja dan, ayer fuimos 4.500 en el Multiusos. Algo menos seguro. Pero más de 4.000. Una cifra que puede estar cerca de la suma de los restantes partidos de play off de la misma categoría, lo que da cuenta de cómo en menos de un año una ciudad ha entendido el mensaje y ha comprendido que puede disfrutarse con baloncesto sin necesidad de crecer demasiado rápido y de estar porque sí arriba. El proyecto debe hacerse poco a poco y sobre todo con el ánimo de todos.

Antes del partido, Pedro Núñez, uno de esos empresarios que se embarcó en esto hace unos meses (cómo ha pasado el tiempo) me pidió que leyera su reflexión en el Periódico del club. Hablabla de cómo tenemos que ser capaces de buscar la implicación de instituciones. Si en lo deportivo termina habiendo respuesta, creo que las instituciones estarán ahí.

Pero si algo me llamó poderosamente la atención fue que pensé en que anoche nos congregábamos dos generaciones de seguidores del baloncesto. Una, la que vivimos el ascenso de 1992; otra, la de los más jóvenes, que merecen vivir su primer ascenso. La complejidad del deporte hace que dieciséis años después la categoría a la que opta el equipo pueda ser en términos de exigencia parecida a aquella ACB, salvando las diferencias. Muchos de los que ayer estaban en el partido ni siquiera habían nacido en 1992. Por ellos hay que seguir gritando en el Pabellón, porque los cambios colectivos empiezan con el sueño de unos, con la suma de todos y con el desgaste -de garganta en este caso- de muchos. Y si por ahí dicen que de Madrid al cielo, por aquí debemos decir que del Multiusos, a la LEB Oro.