domingo, 30 de diciembre de 2007

Balance regional y presupuesto local

El fin de año ha servido para que se pueda hacer balance del primer gobierno regional sin Ibarra y para ver cómo se traducía en dineros los propósitos del Ayuntamiento de Cáceres.

Sobre lo primero, Guillermo Fernández Vara podrá ser presidente de la Junta todo el tiempo que quiera. A su talante y su talento le une el que detrás tiene una marca de calidad y de solvencia política, como es el PSOE, y que además cuenta con una afinidad abrumadora en la mayor parte de los municipios extremeños y en las diputaciones provinciales. En caso de que continúe el gobierno nacional comandado por Zapatero, algo previsible y deseable, nuestra progresión será imparable. Muchos han sido los gestos de nuestro presidente y ya nadie duda de sus muchas diferencias con Ibarra. Quienes profetizaban una continuidad se equivocaban; también, quienes abogaban por una ruptura. No es ni más ni menos que el equilibrio de ambos. Hay que ser continuista porque hay que defender la gestión anterior pero hay que cambiar algunas políticas para darle una impronta personal y para adaptar a los tiempos actuales el gobierno, en la misma medida que otros gobiernos también lo hacen así.

Sobre lo segundo, por mucho que quiera oponerse el Partido Popular y buscar fisuras donde no las hay, este gobierno local tendrá cuerda para rato. Sobre todo porque con la oposición que se practica desde el PP pocos guiños se hacen a otros grupos y poca voluntad por el progreso de Cáceres existe. Algunos se juegan sus cartas personales utilizando las siglas de su partido -aprovechando las grietas que existen- y la inexperiencia de sus compañeros. Así quienes pierden son los votantes del partido de la oposición y quienes ganan son los socios del gobierno y sobre todo la ciudad. Los presupuestos son absoutamente solventes. El trabajo hecho por Lorenzo de la Calle ha sido soberbio. El apoyo de Felipe y de Santiago Pavón me parece muy importante. Enhonrabuena a ambos en esta cuestión. Ahora queda materializarlo. Ánimo y dejémosle trabajar

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