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Ante una denuncia pública fundamentada vienen los nervios, las críticas al otro, echar balones fuera y no reconocer los propios fallos. Si eso además se hace de malos modos, termina convirtiéndose en una cortina de humo que no emite críticas positivas y que no revisa los fallos propios.

Es lo que ha sucedido con la exigencia que desde Juventudes manifestamos hace poco en relación con la web de la capitalidad. Algunos medios han hecho una tibia defensa de nuestra demanda (pero sin llegar a una exaltación de la misma, no vaya a ser que se les considere contrarios al "saponato") pero no terminan de meter el dedo en la llaga como evidentemente sería nuestro deseo.

La capitalidad cultural requiere de unas cuestiones propias y específicas de Cáceres y una web no es más que la proyección a formato virtual de lo que se hace en la realidad. Posiblemente el Ayuntamiento no quiera que se vean sus vergüenzas desnudas en internet, cuando algunas actividades van en taparrabos y lencería fina con la que cubrirse porque su gestión procede de otras administraciones que sí creen en la capitalidad.

Creo que la solución de la web está en que termine realizándose por parte de otra institución pública. El Ayuntamiento terminará haciendo un pastiche que no satisfará a nadie, no porque parezca que nos ponemos siempre contra el poder local, sino porque si a estas alturas no tienen fuerza real no les pidamos, a un olmo seco (como el poema de Machado), que tengan empuje virtual.