Mi Ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños
Mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, se acoge al no sabe/no contesta. Sí. Ayer lo comprobé. Y ni más ni menos que con Enrique Múgica, exministro de justicia y actual defensor del pueblo. Mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, no aclara a la oficina del defensor lo que se le ha pedido por parte de Juventudes Socialistas. Así estamos desde octubre, tras la segunda comunicación que se nos dirige. Pero mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, ignora los requerimientos. Al más puro estilo Larra, desde la oficina, de una forma estéril, me conminan a un llame usted mañana. Quedan mal con el pueblo. Y todo, sí, porque mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, ni está ni se le espera. Una canción de Aerolíneas Federales se titulaba "Mi vídeo no tiene mando a distancia". Pues bien, mi ayuntamiento está escribiendo otra que se llama "Mi ayunta no quiere contestar a Múgica". Mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños.
Mientras tanto, para los profanos en asuntos de defensor del pueblo o en lo que nos ocupa, aclararé que nos dirigimos a Enrique Múgica hartos, muy hartos, de que el Ayuntamiento predique pero no aplique, queriendo imitar al San Manuel Bueno Mártir de Unamuno, pero sin llegarle a las suela de los zapatos. Porque mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, ni cree en los jóvenes ni finge un ápice para hacerlo ver.
Resulta que algunos mimbres están creados, pero parece que a la clase de elaborar la figura, de darle forma, moldearla y decir, eureka no fue nadie de quienes tienen esa responsabilidad. Sí que acudieron antes, a plagiar el Instituto Municipal de la Juvenutd o a plagiar un Albergue que ni es juvenil ni falta que hace o a sacarse de la manga copias burdas en borradores de futuros planes de juventud. Porque mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, otra cosa no tendrá, pero copiar, plagiar, cortar y pegar, lo hace muy bien.
En fin, que los temas entre el defensor del pueblo y nosotros son cosas nuestras de momento. Ya sabe el Ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños, que puede sentarse a la mesa. El problema es que no se termina de invitar a los jóvenes ni a la boda, ni al cumpleaños, ni a las despedidas, ni a la graduaciones. Sólo se les invita a los entierros. Al entierro del ocio, de la vida de una ciudad, de contar con los jóvenes, de la participación y de la alegría. ¿Quién hace las invitaciones? Mi ayuntamiento, el de Cáceres y el de todos los cacereños.
1 comentario:
Feliz Navidad, cabezón.
Publicar un comentario