Formando, que es gerundio
El jueves por la noche me sondearon sobre mi interés por acudir a un curso, de Formador de Formadores, en la Fundación Jaime Vera. Dije que sí porque me cuadraba tanto el curso como el lugar, Galapagar en la sierra de Madrid, aunque no me marcaron claramente los objetivos. A falta de trasladar las conclusiones a quien internamente corresponde, filtraré aquí mis percepciones de ese reciclaje formativo que en mi caso he sufrido este fin de semana. Uno, que es educador social y que no está en apariencia en ejercicio, agradece determinadas muestras, como es el caso, de que los conocimientos universitarios y el interés que les rodea funcionan pese a lo aparente del cometido que ahora desempeño. La formación siempre pensé que es importante, por cuanto tiene de intercambio de conocimientos. Las herramientas para el trabajo con grupos siempre es bueno refrescarlas. Cada vez tengo más claro que quien ha manejado grupos y tiene cierta experiencia tiene mucho ganado en todo lo que se refiere a las relaciones humanas. La Jaime Vera no defraudó y los formadores estuvieron a la altura. Ahora toca seguir ampliando la red en el territorio. Entiendo que aunque no sean las mejores fechas, habrá predisposición. Procuraremos hacerlo lo mejor posible
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