viernes, 19 de enero de 2007

Gracias, Acebes, ese gran hombre



Coincidiendo en estas fechas con ese estado de opinión más o menos instaurado de que el PP se confunde con la estrategia empleada en el uso mezquino y partidista de todo lo que sea terrorismo, nos ha visitado Acebes. Ese gran hombre que todos recordamos como un mediocre y como un mentiroso nato. Esa persona que nos recuerda a uno de los hechos más tristes de la democracia. Ese ministro mentiroso que se quedó la credibilidad en su ministerio tras ese traje negro que ocultaba informaciones que terminaron siendo clamores. Pues el mismo, que no requiere presentación, pues su funesta imagen es así de mal recordada, ha pisado hoy Cáceres.

Lo ha hecho buscando aclamación de multitudes y así ha aprovechado para trasladarle a la opinión pública, a través de los medios de comunicación, la solvencia de nuestro alcalde, la gran situación de la ciudad de Cáceres y el sólido proyecto de ciudad que tiene el PP. Por todo eso, gracias, infinitas, porque estoy seguro que los cacereños indecisos, esos que han podido, por qué no, confiar en José María Saponi pero que ya les produce rechazo, se han dado cuenta de que el PP no tiene nada que ofrecer a Cáceres.

Una persona amortizada avala a otra persona amortizada. Una persona desgastada avala a otra aún más desgastada. La propiedad conmutativa de la política. Tanto monta, monta tanto. Cáceres no se merece ser una ciudad que tenga a Angel Acebes como referente político.

Y seguro que en estos días muchos se han dado cuenta. Más allá de nuestros particulares pirineos, las fronteras de nuestra Extremadura, los avalistas y fedatarios de nuestro alcalde y del Floriano I El Breve son personas encorsetadas por la urgencia de un voto, son políticos que sólo viven de la política, son ciudadanos que reclaman para ellos derechos y para el resto del mundo deberes, son españoles de bandera y patria de boquilla.

Gracias, por tanto, a Acebes, porque con tu presencia has abierto los ojos a muchos cacereños. Les has demostrado que la realidad del PP es la que es. La de la crítica feroz, la montaraz presencia, la del hombre quemado. Angelito, ese gran hombre.

1 comentario:

José María JURADO dijo...

Entiendo que esto forma parte del curioso comercio con la partitocracia y la falsa democracia, segúm la cual al enemigo político se le deja de respetar en público como persona, pero qué vamos, que en privado le saludarías, hablarías con él y un largo etc. porque si no va a haber mucha gente que no te vote nunca o a tu partido y si no te interesa esa gente (a la que Acebes representa), que puede ser, pues muy mal porque se gobierna para todos y se te interesa pues no descalifiques, qué perfil político más bajo dan PSOE y PP con el insulto continuo: ¡programa, programa, programa!