Santander 2016, ¿la tapada?

Éramos pocos y apareció Botín. Sí, el banquero que en palabras de Ibarra no es buen español porque en momentos de crisis prefiere anteponer sus intereses comprando un banco inglés -y fortaleciendo ese mercado por tanto- frente a sostener su capital en España. Pues sí, mañana Botín actuará de mecenas apadrinando la candidatura de Santander 2016, una nueva ciudad que se incorpora a la nómina ya de por sí ingente, excesiva y casi que cargante de candidatas a ser Ciudad Europea de la Cultura 2016. No muy tarde analizaré las candidatas, a mi manera y con subjetividad, que para eso escribo el blog como me viene en gana.

Hoy me centraré en Santander. Porque si Córdoba ha optado por una Fundación y Cáceres por un Consorcio, Santander ha optado por Botín. Es una apuesta diferente, ir de la mano de un Medicis cántabro como Botín y con Revilla acudiendo a Buenafuente a promocionar anchoas y capitalidades culturales. Me imagino que presentarán Altamira o la Menendez Pelayo como espacios que vertebrarán un proyecto que surge desde el principio con vocación regional.

Mañana será una candidata fuerte, de bastante peso, que nace desde el principio con vocación de dar guerra con el apoyo privado y con el institucional de un presidente al que no le ruboriza nada y que tiene sus espacios mediáticos posiblemente por todo menos por hacer política, o mejor dicho, por ejercer una política muy de aquella manera pero que le permite tener sus espacios y momentos de promoción de su región. En su contra, la sensación de que adolece, en comparación con otras, de historia y poso cultural y que muchos de los proyectos que se presentarán como estandartes son ideas e iniciativas inacabadas aún.

A Cáceres, de este modo, le ha salido otra competidora. Bueno es, porque siempre será mejor quedar primero, como así seremos, habiendo echado toda la carne en el asador y con los mejores competidores a tu alrededor.